La absolución de Kyle Rittenhouse por un jurado en Wisconsin de todos los cargos en su contra el 19 de noviembre, incluso el de homicidio intencional en primer grado y el de homicidio por imprudencia temeraria, se burla de la justicia. El mensaje para otros derechistas es que el vigilantismo no será castigado mientras esté revestido de reclamaciones de “defensa propia”. Se hace eco del fallo en el juicio de George Zimmerman en el 2012, cuando fue exonerado por el asesinato de Trayvon Martin ese mismo año.
EDITORIAL
“Estamos un poco consternados por la situación”, dijo Max Lewis, residente de Kenosha, a NBC News. “Este caso debería haber sido incontrovertible y rutinario. Matas a dos personas en la calle, te castigan por ello, san se acabó”.
Sucedió exactamente lo contrario.
Rittenhouse partió de su casa en Antioch, Illinois, y viajó a Kenosha, Wisconsin, el 25 de agosto del 2020, armado con un rifle estilo AR-15. Allí se unió a otros hombres armados que salieron a las calles en respuesta a las protestas contra el acribillamiento de Jacob Blake. Blake, un hombre negro de 29 años, quedó parcialmente paralizado dos días antes después de que un policía le disparara siete veces.
La evidencia de un video mostró a Rittenhouse disparando y matando a Anthony Huber, de 26 años, y a Joseph Rosenbaum, de 36. También le disparó a Gaige Grosskreutz, de 27 años, hiréndolo.
Rittenhouse declaró que se estaba defendiendo porque percibía que estaba siendo amenazado, y que su vida estaba en peligro. Pero él mismo creó la situación peligrosa al pavonearse con un arma, apuntándola hacia los manifestantes que protestaban contra la brutalidad racista que sufrió Blake.
El New York Times caracterizó muy generosamente a Rittenhouse como alguien “que ha idolatrado a la policía desde que era joven” y que fue a Kenosha “con al menos una misión: desempeñar el papel de oficial de policía y enfermero”. Los hechos demuestran que en realidad Rittenhouse era un justiciero armado que quería imitar el comportamiento de los policías que idolatraba.

Karen Bloom y John Huber, los padres de Anthony Huber, una de las víctimas de Rittenhouse, emitieron un comunicado poco después del veredicto denunciando el resultado del juicio. La cita a continuación ilumina lo que verdaderamente sucedió esa noche. Presenta una respuesta contundente a la fraudulenta aseveración de que se trataba de la legítima “defensa propia” del asesino y subraya la complicidad de la policía en estos inexcusables asesinatos.
“La policía no hizo nada. Los ciudadanos que se vieron afectados, enfrentándose a una persona disparando indiscriminadamente en la calle, intervinieron para impedir la violencia. Anthony recibió un disparo en el pecho tratando de desarmar al Sr. Rittenhouse y detener su tiroteo. Aún así, la policía no hizo nada. El Sr. Rittenhouse continuó disparando, mutilando a Gaige Grosskreutz. La policía dejó que el Sr. Rittenhouse abandonara la escena libremente. El Sr. Rittenhouse vino a Kenosha armado para matar. La policía de Kenosha lo alentó a actuar violentamente, y el resultado es que nuestro hijo está muerto “.
De la declaración de Karen Bloom y John Huber el 19 de noviembre del 2021.
La conducta del juez que presidió el caso predispuso al jurado a favor de Rittenhouse y convirtió a las víctimas del adolescente en criminales. A menudo el juez Bruce Schroeder ni siquiera trató de fingir que actuaba como un juez imparcial, actuando más como un guardián protector velando por el acusado.
Schroeder envió un mensaje político muy claro al jurado cuando, antes de sus deliberaciones, desestimó un cargo de posesión de un arma peligrosa por una persona menor de 18 años. Rittenhouse tenía 17 años al tiempo de los asesinatos, lo que confirmó trágicamente que su arma era “peligrosa”. Pero Schroeder desestimó el cargo porque un resquicio legal en Wisconsin excluye las armas con cañones más largos.
Durante la selección del jurado, el juez se negó a permitir que se les dieran cuestionarios a las personas elegibles. Luego finalizó la selección del jurado en un sólo día, a pesar de que solo una persona de color fue seleccionada.
Schroeder pegó de gritos y humilló al fiscal de una manera raramente presenciada en los tribunales de Estados Unidos.
El juez decretó que en su tribunal la fiscalía no podía referirse a los que Rittenhouse mató a tiros como “víctimas”, pero en cambio los abogados de la defensa sí podían referirse a ellos como “revoltosos” o “saqueadores”.
“Dejemos que la evidencia muestre lo que muestra la evidencia”, dijo Schroeder. “Y si la evidencia muestra que una o más de estas personas tuvo que ver con incendios intencionales, disturbios o saqueos, entonces no le voy a decir a la defensa que no pueden referirse a ellos de esa manera”.
Esto puso a la realidad patas arriba. El que estaba siendo juzgado por realizar un tiroteo era Rittenhouse, no sus víctimas. Aunque las víctimas fueran culpables de incendios intencionales, disturbios y saqueos, esos delitos no se castigan con la pena de muerte. Además, la ley no autoriza la justicia por mano propia.
Lo que Rittenhouse se merecía era una condena de culpable por todos los cargos y una larga sentencia en prisión por los crímenes que cometió.
Categories: Editorial, Lucha contra la brutalidad policial