Decenas de miles de mujeres enojadas y desafiantes, junto con sus partidarios, salieron a las calles en al menos 380 ciudades y pueblos de Estados Unidos el sábado 14 de mayo, exigiendo que el aborto legal siga siendo la ley en el país. Las consignas y los carteles insistían: “No volveremos al pasado”, “El aborto es un derecho humano” y “No a las prohibiciones sobre mi propio cuerpo”. Inspiradas por los recientes avances que las mujeres y sus partidarios han logrado al eliminar la penalización del aborto en América Latina (como en Argentina, Chile, Colombia y México), las manifestantes en algunas ciudades se vistieron de verde en solidaridad con el movimiento Marea Verde que aboga por los derechos de las mujeres en esos países. Las acciones del 14 de mayo fueron grandes y enérgicas, pero no alcanzaron las acciones verdaderamente masivas que reflejarían el amplio apoyo mayoritario que aún existe para el derecho de una mujer a elegir el aborto. Como argumentó un editorial reciente de World-Outlook, movilizar tal respuesta requerirá un cambio en el curso de la lucha para defender y extender los derechos de las mujeres. “Una nueva estrategia y un nuevo liderazgo son necesarios”, dijo. “El balance sobre la estrategia de las organizaciones que están atadas a la maquinaria del Partido Demócrata está en: ha fracasado”. El cambio necesario es político. “Deberíamos comenzar con un entendimiento que estaba más extendido cuando la lucha por la liberación de las mujeres sacudió la política de Estados Unidos hace más de 50 años”, explicó el editorial. “Si las mujeres y aquellos que apoyan los derechos de las mujeres no luchan de una manera consistente e intransigente, e independiente de los partidos capitalistas, nadie más lo hará”.
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