Una campaña nacional de protestas públicas masivas para defender el derecho de la mujer a elegir el aborto es necesaria ya. Esto ha sido evidente desde hace tiempo. La decisión de 5 a 4 de la Corte Suprema de Estados Unidos el 1º de septiembre, negándose a bloquear una ley en Texas que prohíbe el aborto después de que se detecta actividad cardíaca en el embrión, lo cual puede acontecer a seis semanas tras el inicio del embarazo, subraya la urgencia del momento. Muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas a esas alturas.
La ley está claramente en violación del fallo Roe v. Wade de la Corte Suprema en 1973, que despenalizó el aborto. Ese caso histórico también surgió a raíz de una ley de Texas que pretendía negar a la mujer el derecho a controlar su propio cuerpo.
EDITORIAL
Un resumen de Roe v. Wade en el sitio web Oyez explica: “Durante el primer trimestre del embarazo el estado no puede reglamentar decisiones sobre el aborto; sólo la mujer embarazada y el médico que la atiende pueden tomar esa decisión. En el segundo trimestre, el estado puede imponer reglamentos sobre el aborto que estén razonablemente relacionados a la salud materna. En el tercer trimestre, una vez que el feto alcanza el punto de ‘viabilidad’, los estados pueden promulgar reglamentos sobre el aborto o prohibirlo por completo, siempre que las leyes incluyan excepciones para aquellos casos en que el aborto es necesario para proteger la vida o la salud de la madre”.
Este último ataque a los derechos de la mujer en Texas abre un nuevo camino en la campaña por socavar y anular a Roe, que comenzó inmediatamente después que el tribunal superior anunciara el fallo de 1973. La nueva ley en Texas delega a cualquier ciudadano a demandar a cualquiera que “ayude o incite” a un aborto. Cualquiera, desde un conductor de Uber que transporta a una mujer a una clínica de abortos, hasta la clínica en sí, puede enfrentar costosas acciones legales a merced de quien decida actuar para restringir los derechos de las mujeres. La ley no hace ninguna excepción para los casos de violación o incesto. Los demandantes no necesitan vivir en Texas ni tener ninguna conexión con el aborto para presentar una demanda. La ley les da derecho a recibir $10,000 y a recobrar sus honorarios legales si ganan su demanda. Sin embargo, si los acusados prevalecen, no puede recuperar sus costes legales. Este es un sueño hecho realidad para los vigilantes clandestinos y los cazadores de recompensas. También es una pesadilla para las mujeres y los defensores de los derechos de la mujer.
Una consecuencia peligrosa es que las pocas clínicas que aun brindan servicios de aborto en Texas ahora se niegan a hacerlo. Al día siguiente de su promulgación, el cumplimiento de la ley parece ser casi completo, aun antes de que se presente una sola demanda.
Esto significa que ahora el aborto es, de hecho, ilegal en el segundo estado más grande de los Estados Unidos.
También hay indicios de que otros estados podrían imitar a Texas rápidamente. El 2 de septiembre, republicanos de Arkansas, Florida y Dakota del Sur prometieron hacerlo cuando las legislaturas de estos estados vuelvan a reunirse.
La batalla jurídica en torno a la ley de Texas no ha concluido. La mayoría de la Corte Suprema enfatizó que no estaba opinando sobre la constitucionalidad de la legislación en Texas ni pretendía limitar su “debidamente diligenciada impugnación”.
Sin embargo, los defensores de los derechos de la mujer y la libertad reproductiva no podemos hacernos esperar. Desde hace ya demasiado tiempo que el amplio apoyo que existe por el derecho de las mujeres a elegir el aborto no se ha movilizado en las calles para dar respuesta a esta ofensiva de la derecha. Tantos años de inacción han desmovilizado a los partidarios de la igualdad de la mujer. Es necesario invertir esa tendencia. Los jóvenes y toda persona que vea la necesidad de actuar ahora podemos poner las cosas en marcha.
La convocatoria nacional[1] para protestas estatales y locales el 2 de octubre, emitida por Women’s March (marcha de las mujeres) y otros 90 grupos que abogan por los derechos de las mujeres en todo el país, puede ser un buen comienzo.
El presidente Joe Biden anunció rápidamente que había ordenado que se “emprendiera un esfuerzo de todo el gobierno” para dar respuesta a la decisión de la corte. Pero no podemos confiar en esas promesas, que tienen como objetivo desalentar la movilización masiva independiente de los defensores de los derechos de la mujer. El presidente no puede legislar ni desautorizar las decisiones de la Corte Suprema. Durante décadas, el establishment del Partido Demócrata representa y sus porristas han vendido el mito, con bastante éxito, de que los liberales o “progresistas” son los que van a garantizar el derecho de la mujer a poder elegir la opción del aborto. Durante ese mismo período, estados y municipios en todo el país han reducido el acceso al aborto considerablemente. En la actualidad, varios estados tienen sólo unas cuantas clínicas, o en ciertos casos una sola instalación, que pueda ofrecer los servicios necesarios para la mujer. Al mismo tiempo, las nuevas leyes—la legislación de Texas es sólo un ejemplo—buscan anular Roe v. Wade o reducirla a un documento inválido, como lo hace el estatuto de Texas.
Un momento clave en la campaña por socavar los derechos garantizados por la decisión de Roe tuvo lugar en 1976 cuando el Partido Demócrata controlaba tanto la Cámara como el Senado. En ese entonces el Congreso con mayoría demócrata aprobó la Enmienda Hyde, que prohíbe usar fondos federales para financiar la mayoría de los abortos. La enmienda Hyde fue aprobada por amplias mayorías de ambos partidos, imposibilitando así el veto presidencial, e inclusive contando con el voto del entonces senador Joe Biden (quien ahora, después de 45 años de las consecuencias de Hyde y de otros esfuerzos por restringir el acceso al aborto, dice que ha cambiado de opinión). Cada año desde entonces, las administraciones demócratas y republicanas han aprobado Hyde, aunque el alcance exacto de las restricciones ha variado. (La propuesta del presupuesto que Biden presentó este año omite la enmienda Hyde, pero el presupuesto no ha sido aprobado, por lo que el problema sigue sin resolverse).
La Enmienda Hyde ha perjudicado especialmente a mujeres que dependen de Medicaid para obtener servicios de salud, afectando de manera desproporcionada a las mujeres negras, latinas e indígenas norteamericanas. Esta nueva ley abominable de Texas, como las otras restricciones al derecho a optar por el aborto, tendrá un efecto discriminatorio similar. Las mujeres con recursos para viajar a otro estado podrán obtener abortos allí; las que no cuentan con esos recursos no podrán hacerlo.
La Enmienda Hyde, aprobada por ambos partidos sólo unos años después de Roe, marcó la intención bipartidista de restringir, socavar y en última instancia anular el derecho de la mujer a optar por el aborto. Fue el primer indicio de que sólo las protestas masivas e independientes de las mujeres y los defensores de los derechos de la mujer va a poder repeler con éxito esos ataques. Los últimos 45 años prueban de que se hizo caso omiso a esas advertencias.
La igualdad plena para la mujer no será posible a menos que las leyes garanticen que la mujer tiene el mismo derecho a controlar su propio cuerpo que los hombres dan por sentado. Eso incluye el derecho a elegir el aborto, el acceso irrestricto a la anticoncepción, así como a estar libre de todo intento de esterilización forzada. El control universal de la mujer sobre su propio cuerpo es un prerrequisito para la igualdad completa. Aquellos que creen en los derechos de la mujer deben lanzar una campaña nacional de educación y movilización para dejar en claro que la mayoría en Estados Unidos no va a permitir que las mujeres sean arrastradas otra vez a los días de los abortos peligrosos, ilegales y clandestinos.
Debemos guiarnos por las palabras de la estudiante de Texas Paxton Smith, quien dijo lo siguiente en su discurso de graduación de la escuela secundaria el 30 de mayo:
“Hemos pasado toda la vida trabajando por nuestro futuro, y nos han arrebatado el control de ese futuro sin nuestro aporte y sin nuestro consentimiento. Espero que puedan sentir lo desgarrador que es eso. Espero que puedan sentir lo deshumanizante que es que te quiten la autonomía sobre tu propio cuerpo “.
Paxton Smith, discurso de graduación de la escuela secundaria en Dallas, Texas, el 30 de mayo del 2021

Como anotó en World-Outlook Nancy Rosenstock, la luchadora veterana por los derechos de la mujer, poco después de la poderosa exhortación de Paxton:
“Si las mujeres no luchamos por nuestros derechos, nadie lo va a hacer. No podemos depender de los políticos demócratas o republicanos. Debemos organizarnos de manera amplia para defender y extender los derechos al aborto y en oposición a la revocación de Roe v. Wade, dejando de lado las diferencias políticas que podamos tener sobre otros temas. De esta manera podremos movilizar a las mujeres y a nuestros partidarios en grandes cantidades para contrarrestar y hacer retroceder la actual embestida contra nuestros derechos.
“… Las mujeres y los que nos apoyan debemos mostrar al mundo, en movilizaciones masivas en las calles de Washington, D.C., que el aborto legal llegó para quedarse. ¡Adelante a una marcha y concentración en la capital de la nación!
“¡No vamos a retroceder! ¡Defendamos a Roe!”
Nancy Rosenstock
6 de septiembre de, 2021 a las 10:18 am
Aprecio el oportuno editorial en defensa del derecho de la mujer a optar por el aborto sin la interferencia del gobierno durante esta crítica coyuntura. He sido citada al final del editorial en base a un artículo que yo escribí el 17 de junio sobre la necesidad de una marcha nacional en Washington D.C., para movilizar al sentimiento mayoritario en defensa de los derechos de la mujer.
Sin embargo, Women’s March ha iniciado ahora un llamado que cuenta con el apoyo de 90 organizaciones para realizar marchas en TODOS los estados este 2 de octubre. Eso representa en esencia, especialmente durante la pandemia actual, una marcha nacional.
Yo insto a todos los lectores de World-Outlook [Panorama-Mundial] a que participen en estas marchas.
Nancy Rosenstock
NOTAS
[1] El enlace a la convocatoria nacional para protestas estatales y locales el 2 de octubre puede encontrarse aquí.
Categories: Derechos de la Mujer, Editorial
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