La invasión no provocada de Ucrania por parte de Moscú es anatema para la humanidad. Las tropas rusas, los tanques, la fuerza aérea y otros equipos militares deben salirse ya. El pueblo ucraniano que defiende la independencia del país merece la solidaridad internacional, demostrada ya por las protestas que condenan la invasión en Rusia misma; en Tbilisi, Georgia; y en otros lugares. También es necesario ver sin titubear que las afirmaciones de Washington, de que trató de evitar la guerra por medio de la diplomacia, son hipócritas. Debemos exigir que Estados Unidos y las fuerzas militares de la OTAN se retiren de Europa oriental y de la región en general. El Pentágono ha duplicado el número de buques de guerra estadounidenses en el Mediterráneo, ha reubicado allí un portaaviones desde el Pacífico y ha aumentado el número de sus tropas. Está creando nuevas bases de la OTAN en Europa oriental. La más nueva, una “instalación militar estadounidense altamente sensitiva” según el New York Times, ubicada cerca del pueblo de Redzikowo, en Polonia, está a solo unos 150 kilómetros del territorio ruso. Estas medidas tienen como objetivo expandir la dominación militar de Estados Unidos en Europa y contrarrestar los intereses económicos rusos, entre ellos las crecientes exportaciones de gas natural a Europa (Rusia es uno de los principales productores de gas natural y petróleo, representando el 17% del gas natural del mundo y el 12% de su petróleo). Las acciones de Estados Unidos y de la OTAN representan una verdadera amenaza a la paz mundial, y le ofrecen a Putin un pretexto para su brutal invasión.