
La brutal invasión rusa de Ucrania entra en su octavo mes y la guerra no da señal alguna de acercarse a su fin. Pero hay pruebas cada vez más evidentes de que la belicosidad del presidente ruso Vladimir Putin no ha sido acompañada por éxitos militares de la misma talla. Por el contrario, la resistencia de Ucrania ha comenzado a rendir frutos recientemente con una serie de avances militares. Es evidente que esos avances se han logrado con el apoyo de los ucranianos de las áreas más afectadas y de todo el país. El ejército ucraniano lucha por convicción por algo en lo que cree y goza del apoyo popular. En cambio el ejército ruso — o al menos una parte considerable — no cuenta con esas ventajas, mientras que en Rusia el apoyo popular a la guerra parece estar en declive. Los ucranianos luchan por la autodeterminación y por independizarse de Moscú; los soldados rusos han sido enviados para negarles esos derechos.