Derechos de la Mujer

El aborto: derecho de la MUJER a elegir


El lenguaje ‘inclusivo’ de los ‘progresistas’ socava la lucha por los derechos de las mujeres



La Suprema Corte parece estar a punto de revocar el fallo Roe vs. Wade que estableció el derecho federal de las mujeres a elegir el aborto. Muchos estados están a punto de sumarse a Tejas, Mississippi y Oklahoma en la criminalización de prácticamente todos los abortos. Millones ven que el blanco de estos peligrosos ataques es el derecho de la mujer a controlar su propio cuerpo. Sin embargo, algunas prominentes organizaciones que defienden el derecho a elegir el aborto ahora se niegan a defender explícitamente los derechos de las mujeres.

Por ejemplo, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) escribió recientemente: “Las prohibiciones del aborto causan daño desproporcionadamente a: los indígenas, los negros y otras personas de color. A la comunidad L.G.B.T.Q. A los inmigrantes. A los jóvenes. A los que trabajan para pagar sus cuentas. A personas con discapacidades. Proteger el acceso al aborto es una cuestión urgente de justicia racial y económica”.


EDITORIAL


En un artículo de primera plana en el New York Times del 8 de junio, Michael Powell observó: “Este tweet abarcó tanto y a tantos y, sin embargo, se olvidó de mencionar un grupo demográfico relevante: las mujeres”.

No fue un “descuido” el que la ACLU o mencionara a las mujeres. Optó por no hacerlo. De hecho, ha excluido a las mujeres de entre las afectadas por los ataques al derecho al aborto. La ACLU no está sola en este enfoque completamente equivocado y absurdo.

“Desde Planned Parenthood hasta NARAL Pro-Choice America, pasando por la Asociación Americana de Médicos, departamentos de salud de ciudades y estados y los activistas más jóvenes, la palabra ‘mujeres’ ha aparecido, en cuestión de unos pocos años, mucho menos frecuentemente al bregar con el aborto y el embarazo”, escribió Powell.

El artículo continuó: “Los grupos progresistas y las organizaciones médicas han adoptado un lenguaje inclusivo, lo que ha llevado al uso de términos como ‘personas embarazadas’ y ‘alimentación pectoral’ [énfasis añadido].

¿Por qué? Powell explica que: “Impulsados por activistas y aliados de las personas transgénero, una serie de organizaciones médicas, gubernamentales y progresistas han adoptado un lenguaje neutral en cuanto al género, que hace pocas distinciones entre mujeres y hombres transgénero, así como entre aquellos que rechazan esas identidades por completo”.

‘Se trata de las mujeres y de nuestros derechos’

Este enfoque socava y debilita la lucha por el derecho a elegir el aborto y todos los derechos de las mujeres. Es imposible montar la lucha tan necesaria por defender esos derechos y por la plena emancipación de la mujer si el concepto mismo de “mujeres” se considera ahora como “políticamente incorrecto” y, por lo tanto, queda abandonado.

Ti-Grace Atkinson, una figura destacada en el resurgimiento del movimiento feminista hace más de 50 años, le dijo a Powell: “Quiero ver cambios materiales. El quitarnos nuestros derechos reproductivos va a agudizar la batalla. Se trata de las mujeres y de nuestros derechos; no es un juego de lenguaje”.

Más de 5 mil personas marchan en el centro de Chicago el 14 de mayo del 2022 para defender el derecho de las mujeres a elegir el aborto. (Foto: Cathy Gutenkast)

Powell también citó el editorial de la Dra. Sara Dahlen en una revista médica británica:

“Si el objetivo es maximizar el respeto por el sentido de identidad de cada persona, se entiende que no puede esperarse que las pacientes femeninas que se consideran a sí mismas simplemente como mujeres ‘acepten en silencio un lenguaje en el que no existen’ “, dijo Dahlen. Es vital mantener la terminología científica específica en lo referente al sexo biológico y la reproducción humana: ¿de qué otra manera vamos a hablar de las diferencias entre mujeres y hombres?” (El editorial completo puede leerse en inglés aquí.)

Otra figura influyente en los primeros años del movimiento de liberación de las mujeres fue Evelyn Reed, la académica marxista, líder del Partido Socialista de los Trabajadores de Estados Unidos, y autora de la obra histórica (en inglés) Woman’s Evolution: From Matriarchal Clan to Patriarchal Family (La evolución de la mujer: del clan matriarcal a la familia patriarcal). En un artículo de 1970, Reed explicó por qué las mujeres constituyen un sexo oprimido en la sociedad actual. (Su artículo, ¿Sexo contra sexo o clase contra clase? puede encontrarse aquí.)

En La evolución de la mujer: del clan matriarcal a la familia patriarcal Evelyn Reed nos guía en una expedición a lo largo de la prehistoria desde el canibalismo hasta la cultura humana — y nos revela el mundo del antiguo matriarcado. Rastreando los orígenes del “tabú del incesto”, los ritos de sangre, y el matrimonio y la familia, deslinda las principales — y aún en gran parte desconocidas — contribuciones de la mujer al desarrollo de la civilización.

En 1971 Reed publicó Is Biology Women’s Destiny?  (¿Determina la biología el destino de las mujeres?)  donde ella explica:

“Es obvio que las hembras son biológicamente diferentes de los machos en que solo el sexo femenino posee los órganos y funciones de la maternidad [énfasis añadido]. Pero no es cierto que la naturaleza sea la responsable de la opresión de las mujeres; esa degradación es exclusivamente el resultado de instituciones y leyes elaboradas por el hombre en la sociedad patriarcal dividida en clases. No existía en la sociedad primitiva sin clases, y no existe en el mundo animal”.

En el folleto ¿Determina la biología el destino de las mujeres?  Evelyn Reed examina las raíces de la opresión de la mujer como el “segundo género”.

El concepto político tan básico de que hoy las mujeres son un género oprimido, y que cualquier perspectiva de importancia que luche por cambiar la sociedad debe también luchar por poner fin a esa opresión, es una idea clave que se pierde de vista si dejamos de mencionar a cerca del 50% de la humanidad que nace biológicamente de género femenino: las mujeres. Esto no es de ninguna manera progresivo. Es todo lo contrario.

Debemos rechazar la exclusión de las mujeres en nombre de la mentada ‘rectitud política’

Este nuevo enfoque de la ACLU, Planned Parenthood y otros grupos es un punto de vista político que debe ser rechazado rotundamente. El reconocer que las mujeres existen y que el ataque al derecho a elegir un aborto es fundamentalmente un ataque al derecho de las mujeres a controlar sus propios cuerpos no implica, de manera alguna, una amenaza a los derechos de aquellos que se identifican como transgénero o que tienen otros puntos de vista sobre la identidad de género.

Powell informa que Atkinson se siente “cansada de las batallas sobre el género y el lenguaje, que según ella son impulsadas por activistas transgénero y fervientes progresistas, y son rechazadas con el mismo fervor o más por políticos de derecha. Están muy alejadas de las necesidades urgentes de las mujeres, que constituyen el 50.8 por ciento de la población”.

Los ataques al derecho al aborto perjudican a muchos otros aparte de las mujeres. Y la restricción de cualquier derecho democrático es una amenaza a todos los derechos democráticos. Pero el negarse a reconocer que las mujeres son el blanco principal de la campaña derechista por restringir o negar el derecho al aborto ignora la realidad. Sin la posibilidad de controlar sus propios cuerpos — un derecho que los hombres dan por sentado — es imposible lograr la igualdad y la emancipación de las mujeres.

En respuesta al argumento de que el aborto no se menciona en la constitución de Estados Unidos, muchos luchadores por los derechos de las mujeres han contestado que la constitución tampoco menciona a las mujeres. Que los “progresistas” hagan lo mismo hoy, cuando los derechos de las mujeres están bajo el ataque más agudo en décadas, es irónico y sumamente equivocado.

Las mujeres pueden no existir en la constitución de Estados Unidos. Pero las mujeres existen en el mundo real. Constituyen aproximadamente la mitad de la humanidad. Constituyen un género oprimido. Esa opresión ha sido falsamente racionalizada en base a la biología. Pero los verdaderos hechos de la biología — que también son reales — no justifican esa opresión. Los que defendemos los derechos de las mujeres debemos ser capaces de explicar todo esto claramente sin ser calumniados, como lo han sido muchos con términos como TERF (feministas radicales trans-excluyentes) y además son acusados de ser intolerantes hacia aquellos que eligen identificarse con un género que no es su género biológico.

Para emancipar a la humanidad de los males de la sociedad de clases y de todas las formas de opresión en el mundo de hoy es esencial luchar por la liberación de la mujer. Eso es algo que debemos aceptar cabalmente, y no ocultarlo o negarlo con términos torpes y degradantes.


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