El domingo 11 de julio, decenas de protestas antigubernamentales, aparentemente coordinadas a través de las redes sociales, tuvieron lugar simultáneamente en toda Cuba. En varios lugares, incluyendo a San Antonio, en las afueras de La Habana, y en Matanzas, donde el número de casos de Covid-19 ha venido en aumento, las protestas se tornaron violentas; con ventanas quebradas, tiendas saqueadas, autos volcados, arrojando piedras y con personas agredidas.
Los medios de difusión internacionales han exagerado y manipulado estos hechos para presentar una oposición masiva contra gobierno cubano, la represión policial de protestas pacíficas y a un régimen en crisis. Mientras tanto, el papel jugado por fuerzas externas, la existencia de una guerra concertada contra Cuba en las redes sociales, el pernicioso impacto de las sanciones estadounidenses y la movilización de miles de cubanos en apoyo del gobierno revolucionario han sido deliberadamente minimizados o ignorados.
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