Cuba/Solidaridad con Cuba

Cuba da el ejemplo al enfrentar a la pandemia (I)


Sanciones estadounidenses en medio de la pandemia muestran la ‘naturaleza despiadada del imperialismo’


Por Francisco Picado y Argiris Malapanis

Primero de julio del 2021—Cuba nos da un ejemplo incomparable de cómo la humanidad puede combatir una pandemia, mientras que el impacto mundial de la crisis de Covid-19 pone de relieve hasta qué grado el capitalismo es incapaz de proteger a la gran mayoría de una epidemia devastadora.


ANÁLISIS NOTICIOSO


En evidente contraste con un error garrafal tras otro en la mayoría de los países capitalistas, el gobierno socialista de Cuba ha liderado una campaña para congregar las habilidades, la creatividad y el poder movilizado del pueblo de esta nación caribeña. Este esfuerzo extraordinario tiene como objetivo salvar tantas vidas como sea posible en Cuba y ayudar a los países en desarrollo a enfrentar una pandemia que ya ha cobrado casi 4 millones y medio de vidas en todo el mundo y ha interrumpido la producción y el comercio a escala global. Cuba demuestra una vez más lo que los trabajadores y agricultores podemos hacer cuando estamos en el poder.

Enfermera administra la vacuna cubana Abdala a un residente de Santiago de Cuba en mayo. Cuba ha desarrollado sus propias vacunas, que está poniendo a disposición de los países en desarrollo sin patentarlas. (Foto: Eduardo Palomares Calderón / Granma)

El esfuerzo tan sobresaliente de esta pequeña nación insular —desplegando todo recurso disponible para limitar el daño a la salud pública mientras ofrece desinteresadamente ayuda internacionalista, incluyendo el exitoso lanzamiento de varias vacunas de producción nacional— es un logro importante por sus propios méritos. Pero tiene un significado aún mayor porque está teniendo lugar bajo el peso de 60 años de una guerra económica que Washington ha intensificado aún más recientemente.

La administración estadounidense del presidente Joe Biden no ha alterado ni un ápice las duras sanciones económicas y las draconianas restricciones de viaje impuestas por su predecesor, Donald Trump. Mientras hacía campaña para ganar la Casa Blanca en 2020, Biden dijo pretenciosamente que estas sanciones “han infligido daño al pueblo cubano”. Sin embargo, el presidente demócrata de Estados Unidos se ha negado a modificar, aunque sea levemente, este perverso estrangulamiento de Cuba, a pesar de la condena mundial y las demandas de que se levante el inhumano embargo de Washington.

Debido en gran parte al impacto asfixiante de las 243 nuevas sanciones que impuso la administración Trump a partir de 2017, sumadas al bloqueo estadounidense de varias décadas, La Habana se vio obligada a reabrir sus fronteras al turismo antes de lo planeado a finales del 2020. Lo hizo para tener un respiro y para reactivar su economía en crisis. La escasez de alimentos y otros suministros han aumentado en el país, principalmente a razón del embargo de Estados Unidos, pero también a causa de las interrupciones producidas por la pandemia. Debido, en parte, a esta reapertura prematura del turismo—la principal fuente de divisas del país—Cuba experimentó un aumento rápido en los casos de Covid-19 justo cuando lanzaba su esfuerzo hercúleo de vacunar a toda su población contra el mortal virus.

‘Despiadada naturaleza del imperialismo’

“La política contra Cuba desatada por el anterior gobierno de los Estados Unidos se reforzó, precisamente, en las duras condiciones de la pandemia de la COVID-19” dijo el 16 de abril Raúl Castro, expresidente del país, en su informe al octavo congreso del Partido Comunista de Cuba. Se refería a la avalancha de las sanciones más recientes impuestas por Washington entre 2017 y 2020. “Se puso de manifiesto, de modo ostensible, la despiadada naturaleza del imperialismo”, señaló Castro.

“A veces no se comprenden lo suficiente o no se valoran con detenimiento los datos objetivos sobre el daño que Estados Unidos ha causado a la economía cubana y el impacto objetivo de las más de 240 medidas coercitivas adoptadas desde 2017”, dijo Castro. “Debe entenderse que no se trata de simples acciones de incremento del bloqueo, sino de nuevos métodos, algunos sin precedentes, que llevaron la magnitud de la guerra económica a un escalón cualitativamente más agresivo, que se refleja en las carencias materiales que acompañan la vida cotidiana de cada cubano”.

Castro, quien renunció a su cargo como primer secretario del Partido Comunista de Cuba en este congreso, dio más detalles. “Entre las primeras acciones para reforzar el cerco económico contra Cuba estuvo la de designar en noviembre de 2017 una relación de entidades empresariales cubanas a las que se sometería a restricciones adicionales a las ya sufridas por el bloqueo”, dijo. “Esa lista, que se actualizó varias veces, abarca hoy 231 unidades, muchas de ellas con responsabilidad en la red de comercio minorista del país, el sistema de abastecimiento de las necesidades más importantes para la economía y la población, todas las instalaciones hoteleras del país y varias instituciones del sector financiero”.

Raúl Castro, el ex presidente de Cuba, se dirige al octavo congreso del Partido Comunista de Cuba el 16 de abril del 2021. Una avalancha de recientes sanciones estadounidenses contra Cuba, además del embargo económico de 60 años, ha revelado “la naturaleza despiadada del imperialismo”, dijo Castro.  (Foto: diario cubano Granma)

Para castigar a Cuba y a su pueblo, así como a los cubanos residentes en el exterior, “Estados Unidos limitó primero y cortó después prácticamente toda posibilidad de remesar dinero a Cuba”, explicó Castro.

“Se implementaron, de manera creciente, medidas para restringir los viajes a Cuba, tanto por vía aérea como marítima, lo que  significó un golpe brutal a una parte considerable del sector no estatal de la economía dedicado a los servicios”, agregó.

“Una de las acciones más significativas, por su grado de crueldad, por lo inadmisible de cara al Derecho Internacional y por la impunidad con que Estados Unidos la acomete, es el empeño, desde abril de 2019, de privar a Cuba de los suministros de combustibles”, enfatizó Castro. “Para lograrlo aplican medidas propias de la guerra no convencional, a fin de impedir que lleguen al territorio nacional estos suministros”.

Además de estas medidas crueles e inusuales, señaló Castro, “en abril de 2019, y con el objetivo de amedrentar a los inversionistas extranjeros, compañías y empresarios que apuestan a una relación económica y comercial con Cuba, Estados Unidos decidió, por primera vez, permitir que al amparo del Título III de la infame Ley Helms-Burton se admitan en tribunales de ese país las demandas que presenten presuntos reclamantes de propiedades que fueron justa y legítimamente nacionalizadas en los primeros años de la Revolución”.

El Congreso de Estados Unidos adoptó la Ley Helms-Burton, que lleva el nombre de sus patrocinadores originales, en 1996. Luego, el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, la convirtió en ley el 12 de marzo de ese año. Esa legislación marcó una escalada sustancial de la guerra económica de Washington contra el pueblo cubano.

Raúl Castro aludió al hecho de que Biden, el sucesor de Trump, aún no ha tomado ninguna medida para levantar o aliviar las nuevas sanciones que impuso el anterior ocupante de la Casa Blanca.

Castro también subrayó que incluso bajo la política estadounidense más relajada hacia Cuba bajo la administración de Obama, cuando Biden era vicepresidente, nada cambió en la estructura sobre la cual se basan las sanciones de Trump. Esta política se basa en la abierta hostilidad de Washington hacia la Revolución Cubana desde 1958. La animosidad de Estados Unidos es resultado de la inspiración diaria que millones de oprimidos y explotados en todo el mundo derivan de una revolución que puso en el poder a un gobierno de trabajadores y agricultores en lugar de los capitalistas; la inspiración de un gobierno que ha movilizado al pueblo cubano para implementar la igualdad social en casa y el internacionalismo desinteresado en el exterior.

“Cuando, en diciembre de 2014, decidimos conjuntamente con el gobierno de Estados Unidos, encabezado entonces por el presidente Barack Obama, avanzar hacia un mejor entendimiento entre nuestros respectivos países, expresé ante la Asamblea Nacional del Poder Popular:  “[…] se ha dado un paso importante, pero queda por resolver lo esencial, que es el cese del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, recrudecido en los últimos años, en particular en el ámbito de las transacciones financieras, con la aplicación de enormes e ilegítimas multas contra bancos de diversos países”, dijo Castro.

No nos ilusionamos de que se trata de algo fácil y sencillo, por el contrario, se requerirá de la voluntad política sensata y respetuosa de quien gobierne en los Estados Unidos”, señaló el mandatario cubano. “Cuba ha sostenido y sostiene que no identificamos al pueblo estadounidense como enemigo, que las diferencias políticas e ideológicas no son impedimento para una relación respetuosa y civilizada con nuestro vecino”, añadió.

“Nunca olvidaremos el contenido del Artículo 16, inciso a) de la Constitución, que reafirma que las relaciones económicas, diplomáticas y políticas con cualquier otro Estado no podrán ser jamás negociadas bajo agresión, amenaza o coerción”, dijo Castro, destacando la política de Cuba y su voluntad de resistir frente a tremendas dificultades.

Severa crisis económica

“La economía de Cuba se contrajo un 11% el año pasado”, dijo un despacho de Reuters el 1 de mayo desde La Habana, “bajo el peso de la pandemia de coronavirus y las duras sanciones de Estados Unidos”.

Cubanos hacen fila para comprar comida el 3 de marzo de 2021 en La Habana. La guerra económica de Washington, junto con la pandemia, han provocado una aguda escasez de alimentos y otras necesidades básicas. En la pared a la izquierda se lee: “Con el Partido Comunista de Cuba, Fidel y Raúl, siempre”, y a la derecha “La revolución es el pueblo”. (Foto: Yamil Lage / AFP)

Reuters informó que el “país ha registrado más casos y muertes por Covid-19 este año que en todo el 2020, aunque la tasa de mortalidad sigue siendo una de las más bajas del mundo y dos vacunas de cosecha propia están en pruebas finales”.

Ulises Guilarte de Nascimiento, titular de la Federación de Trabajadores de Cuba (CTC), dijo en la televisión nacional el Primero de Mayo que los trabajadores enfrentan despidos e inflación. Algunos enfrentaron dificultades en “satisfacer sus necesidades básicas”, agregó. El líder de la CTC culpó a las sanciones de Estados Unidos y dijo que el trabajo arduo y una mayor eficiencia conducirían a mejores días.

Según estadísticas disponibles, Cuba registró más de 179 mil infecciones en el primer semestre de este año, en comparación con menos de 12 mil durante el 2020, un enorme aumento 15 mayor. La gente se ha recuperado rápidamente en su mayoría, testimonio vivo de la política cubana de considerar la atención médica como un derecho para todos. Sin embargo, al 13 de junio, el promedio diario de casos activos en la isla superó los 15 mil, un aumento de diez veces desde el 1º de enero de este año.

Al mismo tiempo, la tasa de mortalidad se redujo en 2021 en comparación con el año pasado. Un total de 146 cubanos habían muerto por complicaciones de la infección por Covid-19 el 31 de diciembre de 2020, en comparación con 1,124 durante el primer semestre de este año. Esto significa que la tasa de mortalidad directamente relacionada con las infecciones por Covid-19 se redujo a la mitad, del 1,5% el año pasado al 0,7% en el 2021, un reflejo contundente del éxito que ha tenido el esfuerzo de Cuba por proteger la salud pública en circunstancias adversas.

Las sanciones han afectado directamente la capacidad de Cuba para producir alimentos. “Puedo dar testimonio del sufrimiento y la ansiedad que provocan la escasez e inestabilidad de los suministros de productos básicos de primera necesidad y de productos indispensables, que se evidencian en las largas colas que agobian la vida cotidiana de los cubanos en medio de la pandemia”, denunció el canciller cubano Bruno Rodríguez en su reciente discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El diplomático cubano dijo que las sanciones de Estados Unidos han dificultado que su país adquiera el equipo médico necesario para desarrollar y administrar las vacunas Covid-19, inclusive las millones de jeringas que son necesarias [1], así como la maquinaria y las herramientas para la producción de alimentos.

“Como el virus, el bloqueo asfixia y mata. Debe cesar”, exigió.

El embajador de Cuba ante Naciones Unidas, Bruno Rodríguez, se dirige a la asamblea general de la ONU antes del voto sobre el levantamiento del embargo estadounidense contra su país. “Como el virus, el bloqueo asfixia y mata”, dijo. “Debe cesar”. El 23 de junio de 2021, los países miembros de la ONU votaron abrumadoramente por pedirle a Estados Unidos que pusiera fin a su guerra económica contra la nación caribeña. (Fotos: archivos de la ONU)

El 23 de junio, por vigésimo noveno año consecutivo, la Asamblea General de la ONU pidió a Estados Unidos que levantara su embargo económico contra Cuba. El voto fue un tajante 184 a favor; 2 en contra de los gobiernos de Estados Unidos e Israel, como de costumbre; y 3 abstenciones, de los representantes de Brasil, Colombia y Ucrania.

Al dirigirse a la asamblea de la ONU, Dang Dinh Quy, embajador de Vietnam ante la ONU, describió acertadamente al embargo como el “sistema de sanciones unilaterales de más larga duración impuesto contra un país en la historia del mundo moderno”.

Al mismo tiempo, un portavoz de la misión de Estados Unidos ante la ONU trató de pintar cínicamente el intento de estrangular a Cuba por parte de Washington como herramienta benigna de la democracia. Representando a la administración Biden, Rodney Hunter, coordinador político de la delegación de Estados Unidos ante el organismo mundial, afirmó durante el debate previo a la votación en la ONU que estas sanciones son solamente “una de las herramientas en el esfuerzo más amplio de Washington por promover en Cuba la democracia, promover el respeto por los derechos humanos y ayudar al pueblo cubano a ejercer libertades fundamentales”.

Por sí solo, el comportamiento tan cruel del Goliat del norte sería suficiente para que el David cubano se merezca la solidaridad absoluta de todo ser humano decente en el planeta tierra. Esto es especialmente cierto entre los muchos millones—primero y antes que nadie, los afroamericanos y otras personas de color, que han sido afectados de manera desproporcionada por la pandemia, así como los trabajadores de todos los tonos de piel—que reciben un trato tan inhumano de este sistema capitalista en decadencia, que ha degradado nuestra existencia y nos trae la muerte hasta tal grado, que hoy nos recuerda a la Peste Negra, o peste bubónica, durante la Edad Media. Pero esta historia del heroísmo y tenaz determinación de los cubanos no termina aquí.

(Continúa)

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