Nada quedará resuelto antes de que voten todos los obreros ferroviarios
Por Marilee Taylor y Geoff Mirelowitz
15 de octubre del 2022 — Los miembros del tercer sindicato ferroviario más numeroso de Estados Unidos rechazaron el acuerdo tentativo (AT) de un nuevo contrato nacional. La administración Biden negoció el acuerdo durante conversaciones de último minuto con los dueños de los ferrocarriles y los 12 sindicatos que representan a los obreros ferroviarios.

Los miembros de base de la Hermandad Empleados de Mantenimiento de Vías (BMWED por sus siglas en inglés), que es una División de la Hermandad Internacional de Camioneros Teamsters, dijeron “No” con un voto de 6,646 en contra de la ratificación y 5,100 votos a favor. El sindicato representa a los obreros que construyen y mantienen las vías, los puentes, los edificios y otras estructuras de los ferrocarriles en Estados Unidos.
ANÁLISIS DE NOTICIAS
El presidente de la Unión Internacional, Tony D. Cardwell — quien no recomendó votar en contra — reconoció: “Los miembros votaron en números nunca vistos sobre este acuerdo tentativo, demostrando que están prestando mucha atención y están involucrados en el proceso”.
Cardwell también reconoció que “los miembros del BMWED están preocupados por la trayectoria de sus empleadores y la mala gestión y la codicia que han implementado tan consistentemente, y están unidos en su compromiso por mejorar sus condiciones de trabajo en toda la red ferroviaria de Clase I”.
Matt Mortensen, presidente del Local 2303 del BMWED en el área de Kansas City y obrero de la empresa ferroviaria Burlington Northern Santa Fe (BNSF), habló con Panorama-Mundial.
“Nos siguen diciendo que este es el mejor acuerdo tentativo que nos han ofrecido en más de cuarenta años”, dijo Mortensen. “Esto me dice que hemos estado perdiendo terreno durante los últimos cuarenta años, y un aumento salarial del 24%, una mejora de la atención médica y cero días de ausencia por enfermedad no va a cerrar esta brecha. Trabajamos para una empresa multimillonaria y acabamos de pasar por una pandemia en la que nos dijeron que éramos ‘trabajadores esenciales'”. Ahora “dan media vuelta y dicen que no les importamos”.

“En cuanto a la atención médica”, continuó, “sigo insistiendo que trabajamos para una empresa multimillonaria y tenemos tipos que terminan en bancarrota porque no ganan lo suficiente para cubrir la parte que nos toca pagar”. Se refería a los costos por enfermedades graves o lesiones que no están completamente cubiertas por los seguros de atención médica que las compañías califican como planes “platino”.
“Nosotros somos los que creamos su riqueza y de ninguna manera puede ser necesario que nadie se declare en bancarrota o se presente a trabajar enfermo por temor a meterse en líos o por perder la paga de ese día”, dijo Mortenson.
Los ferrocarriles no pueden operar sin estos trabajadores. Las vías, puentes y otras estructuras requieren mantenimiento y reparación constantes para que los trenes funcionen de manera segura, o que funcionen del todo.
Los miembros del BMWED no somos los únicos que prestamos cuidadosa atención a lo que realmente está sucediendo. La prensa de las grandes empresas informó originalmente que el acuerdo tentativo probablemente daba fin a la posibilidad de una huelga ferroviaria nacional. Pero el voto del BMWED, que ocurrió tras un rechazo por los casi 5 mil trabajadores ferroviarios afiliados a la Asociación Internacional de Maquinistas (IAM), que mantienen y reparan las locomotoras, deja claro en absoluto que nada está resuelto.
Los miembros de la Hermandad de Maquinistas y Conductores Ferroviarios (BLET) y la División de Transporte del sindicato de trabajadores Hojalateros, Ferroviarios y Aéreos (SMART-TD) —los sindicatos que representan a maquinistas, conductores, y guardagujas — aún no han votado, y es posible que no lo hagan hasta después de varias semanas. La discusión se está caldeando entre los trabajadores en los patios ferroviarios de todo el país, así como entre muchos obreros ferroviarios que usan las redes sociales para comunicarse entre sí.
No tienen control alguno sobre las condiciones de trabajo o de vida

Los altos funcionarios de esos sindicatos elogiaron el acuerdo tentativo cuando fue anunciado. Sin embargo, se han mostrado reacios a instar abiertamente a los miembros a votar “Sí” porque son conscientes de la profunda inconformidad entre las bases sobre los términos del acuerdo.
Hay muchas razones por las que el acuerdo es mal visto. Sin embargo, un hecho es clave: el acuerdo tentativo no resuelve las intolerables condiciones de vida y de trabajo que imponen las arbitrarias y draconianas políticas de asistencia de las empresas transportistas. Esas políticas hacen muy difícil, si no imposible, que los trabajadores tomen tiempo libre por enfermedad o por otras necesidades personales o familiares razonables sin poner en riesgo sus empleos.
Una declaración que emitió Railroad Workers United (RWU) el 13 de octubre se titula “Maquinistas y obreros ferroviarios: 10 razones para votar NO”. Explica que el acuerdo tentativo:
Ignora las repetidas solicitudes de los trabajadores de tener control sobre sus propias vidas, reorganizando todo el sistema de programación de tal manera que los ferrocarriles tienen control absoluto e incuestionable sobre nuestras vidas y nuestro tiempo. Las opresivas políticas de asistencia seguirán vigentes, y los trabajadores seguirán sin poder tomar tiempo libre para situaciones imprevistas de enfermedad o de agotamiento. ¡VOTA NO!
No permite que los trabajadores ferroviarios recuperen sus vidas. No habrá permiso de ausencia con paga y continuarán las severas restricciones sobre las 3 “visitas anuales rutinarias y de medicina preventiva” que ahora promocionan como un nuevo beneficio. Los empleados no saben con 30 días de anticipación si van a estar enfermos o van a tener que ir al médico, y sin embargo ellos seguirán pidiendo 30 días de sobre aviso. Sólo será permitido tomarse los martes, miércoles y jueves, socavando completamente el principio de ser dueños de nuestras vidas cuando surge alguna enfermedad. ¡VOTA NO!
El RWU se auto describe como “un ‘caucus’ intersindical y de solidaridad entre todos los gremios de los trabajadores ferroviarios y sus partidarios, de todas las calificaciones, todas las empresas transportistas y todos los sindicatos de América del Norte”.
La declaración completa de “Vota NO” puede leerse aquí.
Desinformación en los medios noticiosos
Reflejando las preocupaciones de las grandes empresas y del gobierno que protege sus intereses, un titular del Washington Post decía: “El sindicato de trabajadores ferroviarios rechaza el contrato, renovando la amenaza de huelga”. El subtítulo del artículo elaboró: “El acuerdo negociado por la administración Biden incluye un aumento del 24 por ciento y bonos anuales, pero algunos trabajadores dicen que no es aceptable en lo que se refiere a la licencia por enfermedad y las condiciones de trabajo”. El periódico señaló que la decisión del BMWED volvió a plantear “la posibilidad de una huelga y las profundas repercusiones económicas que conlleva”.
Lo que el Post no explica es que el aumento salarial será implementado gradualmente durante los 5 años del contrato. Sólo alcanzará el 24% al vencerse el contrato en el 2025. Además, el aumento anual más alto —de un 7% — no se mantiene al ritmo de la tasa de inflación.
El artículo también asevera — incorrectamente — que el acuerdo tentativo incluye un “día de enfermedad pagado”. Ese “día de enfermedad” requiere que los trabajadores ferroviarios den aviso con 30 días de anticipación. Y, como explica el RWU, la aprobación de esa solicitud queda a discreción de la empresa.
El Post afirmó además que el acuerdo tentativo “garantiza que no aumentarán los copagos y los deducibles de atención médica”. No informó que la deducción de la paga de los trabajadores por el seguro médico podría aumentar de la cifra actual de $228.29 a $398.97 al mes, un salto enorme del 75%.

El resultado de la decisión del BMWED, según el sindicato, es “un período de ‘estatus quo’ en el que el BMWED volverá a negociar con los transportistas de carga de Clase I”, que “se extiende hasta 5 días después de que el Congreso vuelva a reunirse, lo que por ahora está programado para el 14 de noviembre. Suponiendo que el Congreso vuelva a sesionar el 14, no será permitida la ‘actuación autónoma’ hasta después del 19”. La “actuación autónoma” se refiere a una huelga o a un cierre patronal por parte de los transportistas.
Los trabajadores tienen escasas razones para tener esperanzas de que una nueva sesión de negociaciones con los transportistas sea fructífera. El último contrato nacional expiró a fines del 2019. Las negociaciones se prolongaron durante casi tres años mientras que los salarios de los trabajadores ferroviarios quedaron congelados y las condiciones de trabajo siguieron deteriorando. A cada paso los transportistas se negaron a ceder sobre la cuestión de establecer el derecho de los trabajadores a tomar el tiempo libre que necesitan sin enfrentar severas medidas disciplinarias.
Como explicó Panorama-Mundial en un reciente análisis de noticias, “Si los trabajadores ferroviarios deciden que estas propuestas [contractuales] son inadecuadas, pueden instar a sus representantes que sigan negociando, pero la posibilidad de que los transportistas acepten mejores términos … es prácticamente nula. En última instancia, esto deja a los trabajadores con un solo instrumento, una huelga nacional para ganar sus muy razonables reivindicaciones”.
Esa decisión, al igual que la votación sobre el acuerdo tentativo, solo puede ser tomada por la base. Por el momento gran parte de la discusión gira en torno a las consecuencias de rechazar el acuerdo propuesto. Algunos trabajadores han expresado su preocupación de que, de ser rechazado el acuerdo tentativo, el Congreso intentará imponer un contrato que puede ser peor en base a las recomendaciones anteriores de la Junta Presidencial de Emergencia (PEB). (Para más información sobre el PEB, véase “Trabajadores ferroviarios tendrán la última palabra sobre el contrato nacional“).
¿Y ahora qué?
Consciente de esas preocupaciones, el RWU insta a los trabajadores ferroviarios a leer su declaración titulada, “Así que votamos en contra del acuerdo tentativo … ¿Y ahora qué?” Entre otros puntos argumenta que:
Este voto no se trata solamente de este contrato y sus circunstancias particulares. Se trata sobre el poder, y sobre lograr el control suficiente para poder ganar a largo plazo. DEBEMOS mostrarles a los transportistas, al gobierno y a los dirigentes sindicales que no pueden simplemente forzarnos a aceptar esto sin oponer resistencia. Si capitulamos les enviamos la señal de que la próxima ronda de negociaciones puede llevarse a cabo de manera similar.
Nada nos garantiza que obtendríamos algo peor si votamos contra este contrato. De hecho, se puede argumentar que el PEB básico no es muy diferente del acuerdo tentativo negociado por el gobierno. Podemos movilizarnos y luchar por mejores términos. ¡Vota No!
Tenemos que mostrarles a los transportistas que no nos van a poder intimidar. Si rechazamos el acuerdo tentativo, existe la posibilidad de que la resistencia obligue a retroceder a los transportistas. Si ven que una huelga es inminente podrían estar dispuestos a hacer mayores concesiones. Están a la defensiva. Podrían hacernos una propuesta mejor si votamos en contra de esta. ¡Vota NO!
La declaración completa puede leerse en inglés aquí.
Estos son algunos de los temas que los trabajadores ferroviarios están discutiendo y deben decidir. Nada quedará resuelto antes de que los 12 sindicatos tomen su decisión.
Marilee Taylor se jubiló en febrero de la empresa ferroviaria BNSF como maquinista de locomotoras y sindicalista de la División 32 del BLET en Aurora, Illinois, después de más de 28 años de servicio. Geoff Mirelowitz fue conmutador en la BNSF durante más de 17 años y miembro del Local 845 del sindicato SMART en Seattle.
Categories: Movimiento Obrero / Sindicatos
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