Historia de Estados Unidos

Teoría crítica de la raza – Los principales temas de discusión (I)


Campaña derechista intenta impedir la enseñanza de los hechos de la historia



Esta es la primera de una serie de tres partes.


Por Geoff Mirelowitz y Argiris Malapanis

Durante el año pasado ha estallado un álgido debate sobre cómo debe enseñarse la historia de Estados Unidos. El debate gira principalmente en torno a los muy virulentos ataques contra la teoría crítica de la raza (Critical Race Theory o CRT por su sigla en inglés). “Ahora, de repente, ese término está en todas partes”, escribió el New York Times el 8 de noviembre del 2021.

Leonard Pitts, un columnista sindicado que es afroamericano, puso esto en perspectiva en una columna del 20 de julio del 2021. “A mí se me ha olvidado más sobre la raza de lo que la mayoría de la gente sabe. Mis disculpas si eso me hace parecer presumido”, dijo Pitts. “Sin embargo, hasta hace quizás seis meses, nunca había oído hablar de la ‘teoría crítica de la raza’”.

Su siguiente punto es muy convincente: “Un rastreo en la base de datos de Nexis encuentra que el término ‘teoría crítica de la raza’ apareció en los periódicos estadounidenses 1,361 veces en los 21 años entre enero del 2000 y el día de Año Nuevo, 2021. Pero ha aparecido 6,000 veces en los seis meses transcurridos desde entonces [énfasis añadido]”.

El término está “en todas partes” porque el demonizarlo es ahora uno de los principales puntos de conversación de la derecha en la política capitalista de Estados Unidos.

La teoría crítica de la raza, que el New York Times describe como “un esquema académico a nivel de posgrado que abarca décadas de trabajo”, es principalmente un curso de estudio a nivel universitario. Sus creadores no están exigiendo que reemplace el plan de estudios en las escuelas primarias o secundarias. Tampoco es el único enfoque sobre el tema a nivel de posgrado. Estos hechos no le importan a quienes lo atacan.

La derecha usa el hecho mismo de que la teoría crítica de la raza fue desarrollada por investigadores académicos para desacreditarla. Los ideólogos y políticos derechistas ahora atribuyen el estudio de todo lo que tiene que ver con el racismo, a cualquier nivel de la educación, a la “élite liberal” y a los académicos que, ellos afirman, buscan “adoctrinar” a los jóvenes con ese “veneno” antiestadounidense y antipatriótico.

Gente hablando antes del comienzo de una manifestación contra la doctrina académica conocida como teoría crítica de la raza frente a la sede del Gobierno del Condado de Loudoun en Leesburg, Virginia, el 12 de junio del 2021. (Foto: Yahoo!Life)

¿Qué es la teoría crítica de la raza?

“La teoría crítica de la raza tuvo su origen hace más de 30 años entre los estudiosos del derecho”, explica Pitts acertadamente. “Sostiene que la raza es un concepto social, no científico, y ofrece un marco para comprender el papel del racismo sistémico en la ley y en las instituciones legales. Se imparte, si acaso, en la escuela de derecho, no en la escuela secundaria”.  

Sin embargo, en la reciente contienda por la gubernatura de Virginia el pasado noviembre, el candidato republicano que salió victorioso, Glenn Youngkin, convirtió esta polémica en “un tema emblemático”, informó el diario británico The Guardian en un artículo titulado “Cómo convirtieron los republicanos la teoría crítica de la raza en un tema electoral victorioso”.

“Lo que no haremos es enseñar a nuestros hijos a ver todo a través del criterio de la raza”, declaró Youngkin en un evento de su campaña en octubre. “El primer día voy a proscribir la teoría crítica de la raza”.

Sin embargo, no hay evidencia de que la CRT se enseñe ni en una sola escuela en Virginia. Tampoco hay evidencia de que se enseñe en ningún distrito de las escuelas primarias o secundarias públicas en el país.

Es cierto que no toda la historia puede entenderse sólo “a través del criterio de la raza”. Ciertamente hay otros factores. Pero es igualmente cierto que las cuestiones de “raza” y de clase a menudo están entrelazadas, y que son profundamente relevantes en muchos aspectos de la vida social, económica y política en Estados Unidos. Además, durante la mayor parte de la historia de Estados Unidos, la educación pública y privada ha conscientemente ignorado, distorsionado y ocultado la verdadera historia de los afroamericanos y las formas en que esta historia ha sido parte fundamental del desarrollo del país.

Malcolm X sobre la historia afroamericana

Por esta razón, uno de los discursos más importantes de Malcolm X, uno de los más sobresalientes líderes revolucionarios del siglo 20, ha permanecido impreso durante décadas en el libro Malcolm X On Afro-American History (Malcolm X sobre la historia afroamericana.) Malcolm presentó esa charla en una reunión de la Organización de la Unidad Afroamericana en enero de 1965.

La portada del libro Malcolm X on Afro-American History (Malcolm X sobre la historia del pueblo afroamericano)

Malcolm explicó por qué esta historia es tan importante. “Vamos a hacer una serie que estará diseñada para darnos una mejor comprensión del pasado, o mejor dicho una mejor comprensión del pasado, para que podamos entender el presente y estar preparados para el futuro”, dijo.

Youngkin no es el único que ha hecho campaña contra la teoría crítica de la raza. Figuras de derecha en el país entero han repetido su promesa de prohibir una teoría que generalmente no se estudia antes del nivel universitario.

El titular de un artículo publicado en el sitio web de la Brookings Institution preguntaba: “¿Por qué están prohibiendo los estados la teoría crítica de la raza?” El artículo documenta los nueve estados en Estados Unidos que ya en noviembre de 2021 habían aprobado dicha legislación: Arizona, Idaho, Iowa, New Hampshire, Dakota del Norte, Oklahoma, Carolina del Sur, Tennessee y Texas. La Suprema Corte de Arizona revocó el estatuto en noviembre. Cabe destacar que solo dos de estos estados “de hecho mencionan las palabras ‘teoría crítica de la raza’ explícitamente”, dice el artículo, señalando que casi “20 estados adicionales han presentado o planean presentar leyes similares”.

La Casa Blanca dio inicio a esta campaña en septiembre del 2020 cuando Donald Trump aún era presidente. Un memorando de la Oficina Ejecutiva del presidente, emitido por el entonces director de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB por su sigla en inglés), Russell Vought, concluyó: “La propaganda divisiva, falsa y degradante del movimiento de la teoría crítica de la raza va en contra de todo lo que defendemos como estadounidenses y no debería tener lugar en el gobierno federal”.

Esto ocurrió después de una serie de presentaciones por el ideólogo derechista Christopher Rufo en Fox News. A mediados de agosto del 2020, Rufo le dijo al comentarista conservador de televisión Tucker Carlson que estaba “declarando una guerra personal contra la teoría crítica de la raza en el gobierno federal, y no voy a detenerme … hasta que podamos abolirla en el seno de nuestras instituciones públicas”. El 20 de agosto Rufo tuiteó: “Mi meta es simple: persuadir al presidente de Estados Unidos de que emita una orden ejecutiva que elimine la teoría crítica de la raza en el gobierno federal”.

El 5 de septiembre, tras la publicación del memorando, Trump tuiteó: “Esta es una enfermedad que no podemos permitir que continúe. Por favor, informen dondequiera que la vean para que podamos extinguir rápidamente”.

Esta campaña de derecha contra la teoría crítica de la raza cobró fuerza en el 2021 después de los disturbios del 6 de enero y el ataque al Congreso de los Estados Unidos. No es tan descabellado ver esta campaña como un esfuerzo por cambiar el enfoque de la discusión política justo cuando la derecha estaba a la defensiva.

Reacción violenta contra las masivas protestas antirracistas del 2020

¿Qué explica los esfuerzos de Trump, de Youngkin y de otros de usar este tema como un mazo político? Parte de la respuesta está en la histórica explosión de las actividades contra la brutalidad policial y el racismo en Estados Unidos tras el asesinato de George Floyd en mayo del 2020.  

En una de las mayores oleadas de protesta política en la historia de Estados Unidos, millones de personas de todos los colores registraron su profunda oposición a los asesinatos de Floyd, Breanna Taylor y otros en todo el país, desproporcionadamente afroamericanos, y las prácticas de los departamentos de policía en todo el país que hacen que la violencia de ese tipo sea habitual. Una consecuencia de estas poderosas acciones públicas fue un mayor escrutinio de estos ejemplos de racismo y de otros, así como una discusión muy amplia sobre su significado. Decenas de millones, especialmente jóvenes, comenzaron a preguntar en manifestaciones, en aulas y en otros lugares: “¿Por qué los negros y otras personas de color son tan a menudo víctimas de la violencia policial?” “¿De dónde surge el racismo?” y “¿Cómo podemos eliminarlo?”

La marcha del 10 de junio del 2020 en White Center, Washington. Los manifestantes exigen el enjuiciamiento de los policías que mataron a George Floyd y justicia por las innumerables otras víctimas de la brutalidad policial, desproporcionadamente afroamericanos. (Foto: Lisa Ahlberg)

La ola de protestas disminuyó, en gran parte, porque el Partido Demócrata, cuyos funcionarios trataron de identificarse hasta cierto punto con los que protestaron a las calles, utilizó sus recursos y su influencia para persuadir a aquellos que participaron de que el siguiente paso era reencausar su energía con miras a elegir a Joe Biden y a otros demócratas a puestos públicos en noviembre del 2020. Un resultado es que la violencia policial ha continuado sin menguar, pero las protestas masivas sí han disminuido.

Los que defienden el estatus quo se ven amenazados tanto por las protestas como por la discusión que generaron las acciones callejeras.

El esfuerzo de la derecha por tachar de satánica a la CRT puede entenderse como un contragolpe a las protestas y al impacto que tuvieron. Es una respuesta al renovado interés por comprender cuál es la fuente del racismo y cómo erradicarlo.

Con el fin de sembrar confusión y descarrilar la discusión que se extendió rápidamente por toda la cultura y la sociedad estadounidenses, los ideólogos de derecha organizaron una campaña nacional. Los conservadores convencionales como Youngkin se unieron a los derechistas como Rufo para atacar la teoría crítica de la raza. En lugar de una defensa abierta de la supremacía blanca, la “Fox News de Rupert Murdoch y otros medios de derecha”, escribió acertadamente el noticiario The Guardian, “han convertido la [CRT] en una frase genérica que incluye cualquier enseñanza en las escuelas sobre la raza y la historia de Estados Unidos”.

Cada vez más, los medios de comunicación y los políticos conservadores consideran que cualquier discusión sobre la historia de la esclavitud, de la segregación o de otra discriminación racista en Estados Unidos es “antipatriótica”, “divisiva” e incluso “racista”. El uso de esta terminología no es accidental. Es un intento consciente de reencausar la discusión que explotó cuando millones de personas salieron a las calles el año pasado para combatir la violencia policial y el racismo.

Sentando las bases para esta guerra cultural

Rufo le dijo a Carlson en FOX TV que la CRT es una especie de “adoctrinamiento sectario”.

Patti Hidalgo Menders, la presidenta del Club de Mujeres Republicanas del Condado de Loudoun, Virginia, explicó: “Puede que no lo llamen teoría crítica de la raza, pero lo llaman equidad, diversidad, o inclusión”. Ella continuó: “Están dividiendo a nuestros hijos en víctimas y opresores y ¿qué se supone que debe hacer con eso un niño?” 

Opositores de la teoría crítica de la raza protestan frente a la oficina de la Junta Escolar del Condado de Loudoun en Ashburn, Virginia, el 22 de junio de 2021. (Foto: Evelyn Hockstein / Reuters)

El conocido grupo de expertos de derecha de la Heritage Foundation organizó un panel en enero del 2021 donde la moderadora, Angela Sailor, declaró: “La teoría crítica de la raza es un rechazo completo de las mejores ideas de la fundación de Estados Unidos. Se trata de un veneno filosófico peligroso, muy peligroso en la corriente sanguínea”.

Promoviendo este contraataque, Rufo escribió en Twitter en marzo del 2021: “Tuvimos éxito en congelarles su marca, la ‘teoría crítica de la raza’, en la conversación pública, y estamos incrementando constantemente las percepciones negativas. Eventualmente la volveremos tóxica, al incluir todas las diferentes locuras culturales bajo esa categoría de marca. [El subrayado es mío] … El objetivo es que el público lea alguna locura en el periódico e inmediatamente piense en la ‘teoría crítica de la raza’. Hemos decodificado el término y lo recodificaremos para anexar toda la gama de construcciones culturales que son poco populares entre los estadounidenses”.

Rufo y todos aquellos por los que él habla temen a los millones que actuaron en contra de la violencia policial. Buscan alejar a grandes sectores de la población de todos aquellos que saben que la oposición al racismo no es una “perturbación cultural”.

Comencemos con hechos y evidencia

Esta “recodificación” es la táctica más reciente en un largo esfuerzo por ocultar la verdadera historia de Estados Unidos. El estudio de la historia, como cualquier otra ciencia social o natural, debe comenzar no con teorías sino con hechos y evidencias. Las teorías pueden derivarse de la evidencia, y luego debatirse y discutirse. Pero Rufo y sus colegas no están buscando un debate genuino sobre los aspectos positivos o las deficiencias de la teoría crítica de la raza. Los alegatos falsos que hacen sobre los objetivos de sus creadores tienen, como meta principal, ofuscar o distorsionar los hechos de la historia. El objetivo es evitar precisamente el tipo de discusión que Malcolm sugirió que es tan necesaria.

El Comisionado de Educación del estado de New Hampshire anunció recientemente una campaña para instar a la gente a que “informe” cuando algún maestro presente la historia en el aula de clases de manera que sea del desagrado de algunos. Según Carl Ladd, director ejecutivo de la Asociación de Administradores Escolares de New Hampshire, “el comisionado [Frank] Edelblut ha creado un sitio web para reportar quejas de forma anónima si lo desea, para que los maestros y administradores puedan ser fácilmente acusados de enseñar historia, economía o educación cívica de un modo que no se ajuste a la visión personal del mundo del que presenta el informe”.

Este tipo de cacería de brujas puede costarle el empleo a algún maestro. Un ejemplo es Matthew Hawn quien fue despedido de su trabajo en su ciudad natal de Kingsport, Tennessee. “Hawn dijo que nunca había oído hablar de la teoría crítica de la raza hasta que fue acusado de enseñarla”, señaló un artículo en el Washington Post del 6 de diciembre del 2021. “Pero en mayo, el mismo mes en que Hawn fue despedido, la legislatura de Tennessee aprobó una ley que la proscribe en sus escuelas, y prohíbe que los docentes enseñen que ‘un individuo, en virtud de su raza o su sexo, es inherentemente privilegiado, racista, sexista o un opresor’ ”.

l maestro Matthew Hawn con su perro en su ciudad natal de Kingsport, Tennessee (que aparece en el recuadro). Hawn fue despedido de su trabajo en mayo del 2021 después de ser acusado de enseñar la teoría crítica de la raza. Hawn dijo que nunca había oído hablar de la teoría crítica de la raza hasta que fue acusado de enseñarla. (Fotos: Earl Neikirk / Washington Post)

Hawn, quien es blanco, fue despedido “después de que algunos padres y estudiantes se quejaron cuando asignó ensayos y videos que transmitían perspectivas negras, y cuando les dijo a los estudiantes en su clase de ‘Temas Contemporáneos’ que ‘El privilegio blanco es un hecho’ ”, informó la revista The Root.

En Colleyville, un suburbio cerca de Dallas, Texas, un director negro renunció a su cargo, acusado de sancionar la enseñanza de la teoría crítica de la raza, dijo un artículo en el New York Times del 10 de diciembre del 2021. En otras partes del estado, libros han sido retirados de los estantes de las bibliotecas y charlas por escritores galardonados han sido canceladas debido a la campaña “Stop Critical Race Theory”.

¿Cuáles son algunos de los hechos históricos que deben ser explorados y discutidos?

La esclavitud de propiedad total en América del Norte, principalmente de africanos traídos aquí por la fuerza y en las condiciones más inhumanas y grotescas, comenzó en 1619. Ese sistema de opresión indescriptiblemente brutal duró 246 años, esclavizando a generaciones de los descendientes de las personas originalmente esclavizadas. Fue un hecho fundamental tanto de la vida económica como de las relaciones sociales, primero en las 13 colonias originales, y luego en la nación que se fundó. La esclavitud estableció el racismo anti-negro como una característica que definía la vida en Estados Unidos, justificado por declaraciones de supremacía blanca.

Fue necesaria una segunda Revolución Americana, o sea la Guerra Civil, para poner fin a la esclavitud. Después de que la esclavitud fuera abolida, fue reemplazada por nuevos sistemas de discriminación racista.

El mito de la raza

La esclavitud en la historia en la sociedad humana se remonta a miles de años. Pero en las antiguas sociedades de Grecia o Roma, donde la esclavitud era el principal modo de producción, los esclavos venían en muchos colores, de muchas culturas, orígenes y diferentes áreas geográficas. Fue la introducción de la esclavitud de los africanos a finales de la Edad Media lo que llevó a una nueva y pérfida idea: el concepto de la “raza”.

Una explicación muy clara de esta noción falsa y peligrosa apareció en 1992 en un artículo en la revista International Socialist Review, escrito por Doug Jenness y titulado “Orígenes del mito de la raza”. En estos días merece ser reimpreso y distribuido ampliamente. Afortunadamente puede encontrarse en línea (en inglés) con este enlace.

Refiriéndose a la esclavitud en América del Norte, Jenness explicó que “se edificó una estructura más insidiosa y duradera: el concepto de la raza. Los negros fueron identificados como una raza biológicamente inferior, naturalmente adecuada para el trabajo del esclavo. A los negros les fueron asignados un conjunto completamente diferente de patrones de comportamiento, como el temperamento o la capacidad de soportar el trabajo duro y el calor, que los hacía más adeptos para el trabajo del esclavo”.

Este concepto reaccionario y completamente sin valor científico no se limitó a América del Norte. Acompañó el surgimiento del colonialismo en el mundo entero.

Malcolm X habló sobre este punto en su discurso de enero de 1965. “No estoy condenando a todos los blancos”, dijo Malcolm. “Solamente estoy diciendo que en el pasado el mundo blanco estaba en el poder, y lo estaba. Eso es historia, eso es un hecho. Lo llamaron historia europea o colonialismo. Gobernaron a todo el mundo oscuro”, continuó. “Ahora, cuando estaban en el poder y todo era de su agrado, no llamaron a eso racismo, lo llamaron colonialismo”.

Malcolm luego destrozó el concepto de la “raza”.

“En realidad”, dijo Malcolm, “caucasoide, mongoloide y negroide—no existe tal cosa. Estos son los llamados términos antropológicos que fueron inventados por antropólogos que no eran más que agentes de las potencias coloniales”.

En Estados Unidos la esclavitud y el mito de la raza fueron de la mano con el desarrollo del capitalismo. Como escribió Jenness: “La clase capitalista emergente necesitaba una racionalización que hiciera de los negros no solo temporalmente inferiores, sino una que los siguiera haciendo inferiores generación tras generación. El concepto de la raza les proporcionaba esa racionalización. El color de la piel fue la característica física señalada para marcar a toda una parte de la raza humana”.  

Revoluciones democrático-burguesas

Esto es esencial para comprender cómo se gestionó la historia de Estados Unidos hasta nuestros días y nos ayuda a comprender por qué sigue siendo tan difícil erradicar el racismo. La primera Revolución Americana de 1776, al igual que la Revolución Francesa más tarde en ese siglo, dio un paso importante hacia el establecimiento de la democracia en lugar del control tiránico de monarcas absolutos como el rey Jorge III, quien gobernó sobre las colonias norteamericanas de Gran Bretaña hasta ese momento. Pero como todas las revoluciones de esa época, las revoluciones burguesas dirigidas por la clase capitalista ascendiente en Europa y América del Norte no llegaron a establecer una democracia genuina para todos.

Ilustración de la protesta llamada Boston Tea Party el 16 de diciembre de 1773, un hito en la sublevación que resultó en la independencia de Estados Unidos del dominio colonial británico. La primera revolución estadounidense estableció una república que reemplazó el control tiránico de la monarquía británica, pero no llegó a establecer una democracia genuina para todos.

La constitución de Estados Unidos, a menudo aclamada por liberales y conservadores por igual, carecía hasta tal punto de garantías democráticas para las masas populares que luchas posteriores rápidamente obligaron al Congreso a adoptar las primeras 10 enmiendas a la constitución, conocidas como la Declaración de Derechos.

La guerra que independizó a Estados Unidos de Gran Bretaña no cambió la condición oprimida de los negros esclavizados. La constitución consagra la esclavitud en el Artículo 1, Sección 9: “La Migración o Importación de Personas tales como cualquiera de los Estados ahora existentes pensaran conveniente en admitir, no será prohibida por el Congreso antes del Año mil ochocientos ocho”, señala. Si bien esta cláusula prohibía la importación de esclavos después de 1808, aceptaba el sistema que consignaba a los ya esclavizados y a sus descendientes a la esclavitud más allá de esa fecha.

El artículo 4, Sección 2, defendía el derecho de los propietarios de esclavos a reclamar su “propiedad” en caso de que las personas esclavizadas escaparan de su opresión. “Ninguna Persona sujeta al Servicio o al Trabajo en un Estado, en virtud de las Leyes del mismo, que se escape a otro, será, como consecuencia de cualquier Ley o Reglamento en el mismo, dado de baja de dicho Servicio o Trabajo, sino que será entregado a petición de la Parte a la que dicho Servicio o Trabajo pueda ser debido”, explica.

El más conocido, el Artículo 1, Sección 2 establecía que aquellos que estaban esclavizados eran menos que humanos: “Los representantes … serán asignados … añadiendo al Número total de Personas libres… tres quintas partes de todas las demás Personas”.

Ninguna de estas cláusulas usaba la palabra “esclavitud”, pero son sin duda una referencia al sistema de esclavitud humana que la constitución dejó firmemente en su lugar. Esto no cambió hasta que una larga y sangrienta guerra civil aplastó la violenta resistencia de los esclavistas. Eso resultó en la 13ª Enmienda a la Constitución, que finalmente prohibió la esclavitud en 1865.

Abolición de la esclavitud, pero el racismo no es extirpado

La abolición de la esclavitud constituyó un enorme paso adelante, pero no condujo en modo alguno a la erradicación del racismo. De hecho, el mito de la raza ha permanecido arraigado en la política y las relaciones sociales de Estados Unidos como una racionalización ideológica para la opresión ininterrumpida y sistemática de los afroamericanos y la aplicación brutal de su estatus de segunda clase en toda la sociedad.

La lucha por los derechos civiles en las décadas de 1950 y 60 logró cierto progreso al poner fin a la segregación llamada Jim Crow en el sur, y al desafiar la infinidad de formas de segregación que de facto existían en el norte.[1]

Sin embargo las racionalizaciones ideológicas—la forma en que la gente piensa—no pueden cambiarse tan fácilmente como las leyes. Las justificaciones falsas para las aseveraciones de inferioridad racial han persistido durante más de 400 años. Éstas continúan afectando a cada nueva generación. Pero también es cierto que cada nueva generación queda moldeada más por los éxitos que se han logrado gracias a la lucha constante por la igualdad de los negros que por las ideas reaccionarias del pasado. Pero superar el efecto de estas ideas reaccionarias requiere un estudio sin rodeos de la verdadera historia del país, con el fin de enfrentar el presente y “estar preparados para el futuro”, como explicó Malcolm.

Los efectos históricos de la esclavitud y de la segregación tipo Jim Crow no son las únicas fuentes del persistente racismo en la cultura estadounidense hoy en día. La historia completa del genocidio contra los pueblos autóctonos de América del Norte, llevado a cabo por los colonos europeos que se adueñaron de la tierra para su nueva nación, sigue en gran medida sin conocerse—o es glorificada. Muchos estadounidenses aun no han sido educados al respecto de una manera contundente.

Genocidio contra los nativos americanos

Señalando esta realidad hace unos 70 años, el historiador marxista George Novack escribió:

“Sin embargo, las páginas de los historiadores más eruditos contienen poco reconocimiento y menos comprensión de esta conexión entre el derrocamiento del tribalismo indio y el desarrollo de la sociedad burguesa en América. Como regla general, consideran el derrocamiento y la destrucción de los nativos simplemente como un incidente en la propagación del hombre blanco sobre el continente. Pueden condenar el tratamiento de los indios como una mancha lamentable en el registro histórico, pero no ven que tenga ninguna relación importante con la formación de los Estados Unidos.  

“Esta visión convencional de las relaciones entre indios y blancos es compartida por igual por escritores conservadores y liberales”. [2]

Representación por Alonzo Chappel en el siglo 19 del ataque final de las fuerzas estadounidenses contra los nativos americanos en el condado de Tippecanoe, Indiana, el 7 de noviembre de 1811. El genocidio contra los pueblos nativos de América del Norte sigue siendo en gran medida ocultado o glorificado.

Este es solo un ejemplo más de hechos que no pueden ser ignorados por ningún estudio serio de la historia de Estados Unidos. Hay muchos otros, incluida la explotación y opresión de inmigrantes mexicanos y chinos, así como el encarcelamiento de inmigrantes japoneses y sus descendientes en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Al igual que el racismo anti-negro, esta parte del pasado de este país continúa impactando hoy en día la vida en Estados Unidos.

Uno tiene derecho a preguntar dónde clasifica la Fundación Heritage toda esta historia entre “las mejores ideas de la fundación de Estados Unidos”.

La teoría crítica de la raza no es una visión monolítica del mundo. Aquellos que la estudian y aprecian pueden no estar de acuerdo con todas las conclusiones que algunos pueden sacar. Sin embargo, existe un consenso generalizado sobre la idea básica señalada por Leonard Pitts de que la raza es “un concepto social, no científico”. Esto es incuestionablemente cierto.

Fred Dube, un líder de muchos años del Congreso Nacional Africano explicó esto claramente en un artículo titulado “Racismo en Sudáfrica: ¿Hay una o dos categorías de víctimas?” Su ensayo apareció por primera vez en la edición de Invierno/Primavera de 1986-87 del Philosophical Forum, publicado por Baruch College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. [3]

“El racismo no surge de una cosa real llamada ‘raza’ ”, escribió Dube, “sino que es un fenómeno mental. Y al poner “raza” entre comillas pretendía sugerir que la “raza” como categoría natural es un mito, un mito que, sin embargo, es lo suficientemente poderoso como para dar lugar a lo que llamamos racismo, a pesar de sus orígenes míticos” [énfasis añadido].  

Kimberlé Williams Crenshaw, profesora de derecho en la Facultad de Derecho de UCLA y la Facultad de Derecho de Columbia University, a quien se le atribuye ampliamente la acuñación del término teoría crítica de la raza, ha profundizado en esta idea. Es, dice, “una forma de ver, atender, contabilizar, rastrear y analizar las formas en que se produce la raza, las formas en que se facilita la desigualdad racial y las formas en que nuestra historia ha creado estas desigualdades que ahora se pueden reproducir casi sin esfuerzo a menos que atendamos a la existencia de estas desigualdades”.

Mari Matsuda, profesora de derecho en la Universidad de Hawai a quien el New York Times llama “una de las primeras gestionadoras de la teoría crítica de la raza”, agrega: “El problema no es la gente mala. El problema es un sistema que reproduce malos resultados”.

‘No puede haber capitalismo sin racismo

Años antes de este trabajo académico, Malcolm X expresó esta idea aún más claramente.

“El sistema en este país no puede producir libertad para un afroamericano. Es imposible para este sistema, este sistema económico, este sistema político, este sistema social, este sistema, punto”, dijo Malcolm, hablando en el Militant Labor Forum (Foro Obrero Militante) en la ciudad de Nueva York el 29 de mayo de 1964. Y agregó: “No puede haber capitalismo sin racismo”.

También es cierto que algunos puntos de vista presentados supuestamente en defensa de la teoría crítica de la raza van mucho más allá de los argumentos citados anteriormente. Algunos conducen en la dirección equivocada, tanto en cuanto a la comprensión de la historia como en la búsqueda del camino a seguir para extirpar el racismo de una vez por todas. Al hacerlo, le regalan carne de cañón innecesaria a la campaña derechista en Estados Unidos contra la enseñanza de los hechos de la historia.

Además, muchos defensores de la teoría crítica de la raza no aceptan el concepto de Malcolm de que la fuente del racismo se encuentra en la naturaleza del sistema capitalista en los propios Estados Unidos. En cambio, muchos ven la fuente del racismo en las ideas reaccionarias que todavía sostienen muchas personas de piel blanca, y especialmente personas trabajadoras de piel blanca. En ese punto se equivocan. Estas ideas persisten porque se ven reforzadas por el racismo institucionalizado, pero como explicó Malcolm, la fuente del problema es el sistema.

El próximo artículo de esta serie abordará esos temas.


NOTAS

[1] De hecho, en la práctica, o en la realidad, ya sea por derecho o no, en contraste con “de jure”, que proviene del latín y que significa “de ley”, como en el sistema de segregación legal definido por las leyes de Jim Crow.

[2] La importante exploración de Novack de esta historia está disponible en un folleto titulado, “Genocidio contra los indios”, y merece un estudio serio. También está disponible como tres artículos en línea por separado: https://www.marxists.org/archive/novack/1949/01/indians.htm ; https://www.marxists.org/archive/novack/1949/04/indians.htm ; https://www.marxists.org/archive/novack/1949/05/indians.htm

[3] Este artículo de Fred Dube también fue reimpreso en la edición de mayo de 1987 de Revista Socialista Internacional, un suplemento del periódico El Militante: https://www.themilitant.com/1987/5116/MIL5116.pdf#view=FitV,35


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