Por Geoff Mirelowitz y Marilee Taylor
El 2 de marzo del 2022—Como explicó la ingeniera de locomotoras Marilee Taylor en la publicación del 12 de febrero en Panorama-Mundial “Trabajadores ferroviarios de la BNSF resisten su cruel política de asistencia“, los trabajadores del ferrocarril de carga más grande de Estados Unidos están bajo un feroz ataque de la compañía propiedad del multimillonario Warren Buffett.
Los trabajadores que mueven la carga (ingenieros, conductores, garroteros y conmutadores) con frecuencia se enfrentan a semanas de trabajo de 60 horas o más, lo que produce enormes ganancias para Buffett y los otros ricos propietarios ricos del ferrocarril. Muchos permanecen de guardia para trabajar las 24 horas del día, los 7 días de la semana con poco o ningún preaviso sobre cuándo serán llamados a trabajar. Los turnos son rutinariamente de 12 horas y tal vez más antes de que los trabajadores lleguen a un destino donde puedan descansar un poco, a menudo un hotel lejos de casa. Los trenes son más largos y pesados que nunca, a menudo transportan material peligroso, ya que los ferrocarriles buscan exprimirle el máximo beneficio a cada viaje. Esto plantea graves riesgos de seguridad para los trabajadores del ferrocarril y las comunidades que estos trenes atraviesan.
EDITORIAL INVITADA
Ahora la BNSF de Buffett quiere más. La empresa ha impuesto una nueva política, llamada “Hi-Viz”, que exige que los empleados trabajen aún más horas. Esta política cruel y peligrosa ha sido confirmada por un juez de un tribunal federal que ha dictaminado que el desafío de los sindicatos a esta política es un “conflicto menor”, y les ha negado el derecho de huelga para oponerse a ella.
Una declaración de los presidentes de los dos sindicatos que representan a los empleados de operaciones del ferrocarril, la Hermandad de Ingenieros de Locomotoras y Obreros Ferroviarios (BLET por su sigla en inglés) y el sindicato de trabajadores de Metal Laminado y de Transporte Ferroviario y Aéreo TD (SMART-TD por su sigla en inglés) explica: “A una de las corporaciones más grandes y ricas de Estados Unidos se le ha dado un pase libre para continuar obligando a sus empleados a trabajar incluso cuando ellos o sus familias están enfermos, y cuando están fatigados más allá del punto de poder trabajar de manera segura”.

Los trabajadores de la BNSF y sus familias están legítimamente enfurecidos por este ataque, que de ninguna manera es el primero de su tipo. Los trabajadores ferroviarios han trabajado rutinariamente largas horas, incluso durante fines de semana y días festivos cuando muchos otros trabajadores esperan estar en casa con sus familias y amigos. Por eso durante décadas los acuerdos sindicales con los transportistas ferroviarios han establecido permisos razonables de ausencia del trabajo.
Largo historial de una brutal política de asistencia
En 1999 la BNSF impuso unilateralmente una “Política de Disponibilidad” que restringía drásticamente los derechos de los trabajadores a una cantidad razonable de tiempo libre del trabajo. Los sindicatos ferroviarios impugnaron la medida, pero un árbitro “neutral” dictaminó que los ferrocarriles tenían el derecho de imponer tal política. Es posible que muchos trabajadores más jóvenes no estén familiarizados con esta historia. Es algo instructivo.
Si bien permitió que la BNSF impusiera esa política, el árbitro escribió que la BNSF “violó el ‘espíritu’ de las pautas de Trabajo / Descanso y el Panel Nacional de Salarios y Reglas al promulgar unilateralmente la Política de Disponibilidad de 1999”. Agregó que ciertas disposiciones de la política “tienen un sabor de irracionalidad”. Sin embargo, en base a un razonamiento verdaderamente retorcido, continuó dictaminando que como la política aún no había sido implementada, no dictaría ninguna conclusión sobre si era razonable o no.
Los altos funcionarios sindicales aclamaron este dictamen como una victoria y les aseguraron a los miembros del sindicato que las futuras decisiones de arbitraje confirmarían que la implementación de la política no sería razonable. Tales promesas resultaron huecas. Se aplicó la política; no era razonable, y muchos trabajadores de la BNSF fueron injustamente disciplinados incluso con la terminación de su empleo. Como dijo en ese momento el director legislativo nacional del Sindicato Unificado del Transporte (UTU por su sigla en inglés, el predecesor de SMART): “Esta no es una política de disponibilidad. Es una política de disciplina”.
Más de 20 años después, la BNSF exige otra cuota de sangre.
Al mismo tiempo, el contrato nacional entre los principales transportistas de carga ferroviaria y los sindicatos que representan a todos los trabajadores de los ferrocarriles—no solo a los empleados de operaciones—ha expirado. El video compartido por Panorama-Mundial presenta a Ron Kaminkow, Secretario General del sindicato de Trabajadores Ferroviarios Unidos (RWU por su sigla en inglés), que se describe a sí mismo como “un ‘bloque’ de solidaridad inter-sindical y de los operarios ferroviarios y sus partidarios, de todas las calificaciones, todos los transportistas y todos los sindicatos de América del Norte”. El boletín de invierno del 2022 de RWU, The Highball, presenta una “Resolución sobre la huelga ferroviaria nacional”.
‘Frustrados, enojados, listos para defenderse’
Dice lo siguiente: “los principales transportistas ferroviarios continúan negándose a negociar de buena fe, dejando las negociaciones nacionales con los sindicatos en un punto muerto”. Continúa, “estos mismos transportistas… han estado recaudando ganancias récord durante años, incluso durante toda la pandemia… despidos y cesantías; aumento de actos de disciplina y el acoso; recortes masivos de empleos, escasez de personal y fatiga crónica; junto con las solicitudes de reembolso que no se han pagado [la negación de pago según acuerdos sindicales por el trabajo ya realizado o la falta de provisión de condiciones de trabajo ya pactadas – P-M] y la abrogación total del contrato sindical han dejado a los trabajadores ferroviarios frustrados, enojados y listos para defenderse”.
Todas estas observaciones son correctas.
Las empresas ferrocarrileras y los sindicatos ferroviarios se rigen por la Ley de Trabajo Ferroviario (RLA por su sigla en inglés), promulgada en 1926 y enmendada en 1934 y 1936. Atrapa a los trabajadores ferroviarios en un complejo sistema de negociación, arbitraje y mediación destinado a evitar que utilicen el poder sindical para cerrar los ferrocarriles con una huelga cuando los trabajadores no pueden defender sus derechos de otra manera.
Es esta ley la que le niega a los trabajadores el derecho de huelga por un “conflicto menor”. Las empresas ferroviarias nunca tienen problemas para encontrar a un juez que dictamine que prácticamente cualquier disputa es “menor”. La última huelga nacional de los trabajadores ferroviarios fue hace más de 30 años, en 1991. Duró 19 horas. Bajo las disposiciones de la ley RLA, el entonces presidente de Estados Unidos, George H. W. Bush, nombró una Junta Presidencial de Emergencia (PEB por su sigla en inglés) con el poder de dictaminar los términos de un acuerdo. Si los sindicatos se oponen, el Congreso tiene la facultad de imponer la decisión del PEB.
¿Pueden los trabajadores ferroviarios ir a la huelga?
Una consecuencia de esta situación es que cada nuevo trabajador en los ferrocarriles escucha muy pronto después de ser contratado que “Los trabajadores del ferrocarril no pueden salir en huelga”. Es cierto que la ley pretende garantizar ese resultado. Si aceptamos eso, no nos queda a los trabajadores otra alternativa que aceptar cualquier política que los multimillonarios como Buffett, y el gobierno que actúa en sus intereses, decidan imponer.
La reciente declaración de los presidentes del BLET y del SMART dice básicamente lo mismo. Refiriéndose a la decisión del juez de mantener la cruel política de “Hi-Viz” de la BNSF, dijeron: “Significa que cualquier acción adicional para tratar de hacer una huelga sería ilegal, exponiendo a los sindicatos y a sus miembros a graves ataques legales, así como a la disciplina de la empresa hasta el punto de, e incluyendo el despido”.
Sin embargo, tal y como lo hizo la “Política de Disponibilidad” de la BNSF en 1999, ahora la nueva política continuará exponiendo a las bases del sindicato a “serios… ataques, así como la disciplina del transportista hasta el punto de, e incluyendo el despido”. Mirando más allá de esta draconiana política de la BNSF—que será emulada por otras empresas ferroviarias—el miedo a usar el arma de la huelga asegurará que el próximo acuerdo nacional entre los sindicatos y los transportistas ferroviarios—cuando finalmente llegue a imponerse uno—va a satisfacer los requisitos de los propietarios multimillonarios como Buffett, y no de los que realmente mueven el cargamento.
La mayoría de los trabajadores saben que nuestros sindicatos han sido debilitados. Si queremos lograr un cambio, la única manera es si los miembros del sindicato comenzamos a actuar juntos para defender nuestros derechos. Al luchar juntos contra ataques como la política “Hi-Viz” podemos aprender a ser más efectivos en la defensa de nuestros intereses y a tener más confianza en nosotros mismos. Ese es el reto que hay que afrontar. Los trabajadores ferrocarrileros que están “frustrados, enojados y listos para defenderse” tendrán que encontrar las formas y los medios de recuperar el control de nuestros sindicatos con el fin de librar el tipo de lucha que es necesaria para defender nuestras condiciones de trabajo y nivel de vida.
Solidaridad para siempre
Si aceptamos que una ley injusta les pueda negar a los trabajadores ferroviarios el derecho democrático a suspender nuestra fuerza de trabajo, nos vamos a rendir sin luchar. Los trabajadores de la BNSF han dejado claro que esa no es su elección. Cuando Buffett y sus gerentes anunciaron la nueva política, los miembros del BLET votaron 100% y los miembros del SMART 99.5% por autorizar la huelga. Si los transportistas no retroceden en su arrogante postura, ésta es la única herramienta que tenemos para evitar que impongan políticas como las que enfurecen a los trabajadores de la BNSF.
Podemos esperar que encuentren rápidamente a un juez que declare que la huelga es ilegal. Es muy posible que arresten a los dirigentes sindicales y también a algunos piquetes. Pero en las palabras de un viejo himno del movimiento obrero, “Solidaridad para siempre”:
Han tomado incontables millones que nunca trabajaron para ganar
Pero sin nuestro cerebro y músculos ni una sola rueda puede girar
Podemos romper su poder altanero, y ganar nuestra libertad, cuando aprendemos
Que la unión nos hace fuertes
Marilee Taylor se jubiló en febrero de la empresa ferroviaria BNSF como ingeniera de locomotoras y miembro de la División 32 del BLET en Aurora, Illinois, después de más de 28 años de servicio. Geoff Mirelowitz fue conmutador de la BNSF durante más de 17 años y miembro del Local 845 del SMART en Seattle.
Categories: Movimiento Obrero / Sindicatos
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