Política en Estados Unidos

¿Qué revelan las elecciones intermedias en Estados Unidos?


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Por Argiris Malapanis

15 de diciembre del 2022 — Las elecciones de la mitad del mandato presidencial en Estados Unidos ocurrieron el mes pasado a la sombra no tan efímera del 6 de enero de 2021. Ese día, una turba derechista de miles, instigada por el entonces presidente Donald Trump, irrumpió en el recinto del Congreso de Estados Unidos. Fue un intento sangriento pero infructuoso — sin precedentes en más de un siglo — de anular los resultados de las elecciones del 2020.

A pesar de su derrota en las urnas, Trump trató de mantenerse en el poder subvirtiendo el estado de derecho capitalista de antaño. El intento nunca estuvo cerca de ganar el apoyo de la mayoría de la clase dominante o de ganar una base de apoyo en el ejército. Pero el alcance que tuvo hace dos años la campaña “Stop the Steal” [o “Alto al robo” (del voto)] y el hecho de que millones de personas siguen propagando ese mito — inclusive muchos funcionarios en todos los niveles del gobierno — demuestran el grave peligro que “la gran mentira” sobre las “elecciones robadas del 2020” representa para las libertades civiles y los intereses de la clase trabajadora hasta el día de hoy.


ANÁLISIS DE NOTICIAS


Trump y sus aliados respaldaron, financiaron y ayudaron con las campañas de cientos de candidatos, entre ellos muchos ultraderechistas declarados que vencieron a los republicanos moderados en las primarias y representaron al Partido Republicano (GOP por su sigla en inglés) en las elecciones generales de noviembre. La mayoría de los candidatos que “impugnan las elecciones” perdieron sus intentos de salir electos en comicios competitivos. Esto fue un golpe — al menos temporalmente — para aquellos que promueven o aprueban una forma de gobierno dictatorial en el que un caudillo “salvador” es ungido para “rescatar a la nación” en tiempos peligrosos. La mejor descripción de un régimen de ese tipo, como ha explicado Panorama-Mundial, sería como bonapartista.[1]

Las elecciones intermedias también pusieron en evidencia que en Estados Unidos la mayoría apoya el derecho al aborto. Esto es algo significativo pocos meses después del enorme revés que la Corte Suprema asestó a los derechos de las mujeres cuando anuló el fallo Roe v. Wade, que estableció por medio siglo el derecho de las mujeres a elegir el aborto como ley federal.

Además, las elecciones de noviembre y sus secuelas demostraron una vez más hasta qué punto el Partido Demócrata es fiel servidor de las grandes empresas. A los trabajadores no nos ofrece soluciones mientras los efectos de la pandemia, la inflación acelerada y más están causando estragos en nuestras vidas. De hecho, pocos días después de las elecciones, el presidente Biden y el Congreso controlado por los demócratas se apresuraron a imponer un contrato antisindical nacional sobre los obreros ferroviarios — después de que fue rechazado por la mayoría de los trabajadores — y les prohibieron salir en huelga contra los ferrocarriles de carga.[2]

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (al centro), se reúne con los líderes del Congreso el 29 de noviembre del 2022 para llegar a un acuerdo para prohibir una huelga ferroviaria. De izquierda a derecha, Kevin McCarthy, republicano, líder de la minoría de la Cámara de Representantes de Estados Unidos; Chuck Schumer, demócrata, líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos; Biden, demócrata; Nancy Pelosi, demócrata, líder de la mayoría de la Cámara de Representantes de Estados Unidos; y Mitch McConnell, republicano, líder de la minoría del Senado de Estados Unidos. (Fotograma del video del New York Times)

Reveses para los “negadores de las elecciones”

El revés para los que “impugnan las elecciones” fue más evidente entre los candidatos respaldados por Trump para secretario de Estado, los principales funcionarios de las comisiones electorales en los gobiernos estatales.

“Todos los candidatos respaldados por Trump en los estados claves que están en juego, y que impugnaron los resultados de las elecciones del 2020 durante sus campañas por ser el principal funcionario electoral de su estado, fracasaron: un signo que demuestra la influencia destructiva de Donald Trump”, escribió el New York Post en un artículo del 13 de noviembre.

El diario conservador fue un firme partidario de Trump en el 2016 y nuevamente durante su candidatura a la reelección en el 2020.

“El expresidente Trump se concentró en algunas elecciones clave para Secretario de Estado, porque creía que un aliado en esa posición de gran prestigio … lo ayudaría a ganar cuando probablemente vuelva a postularse en el 2024”, continuó el Post.

Pero la estrategia de Trump “parece haber sido contraproducente”, informó el Post. En particular, el republicano Jim Marchant, líder de un grupo conservador de partidarios de Trump que afirman que las elecciones del 2020 fueron robadas, fracasó en su intento de llegar a ser el Secretario de Estado de Nevada …

“Marchant es presidente de la coalición de secretarios de estado America First (Primero Estados Unidos), formada para apoyar una lista de candidatos de derecha en las elecciones para secretario de estado del 2022”, explicó el Post. “Marchant prometió a los votantes que, de ser elegido, Trump … sería presidente en el 2024”.

Al fin y al cabo, la coalición de secretarios de estado America First y sus aspirantes respaldados por Trump se desinflaron.

Otros ejemplos incluyen las elecciones al Senado de Estados Unidos en Pensilvania y Georgia, donde la derrota de los candidatos respaldados por Trump permitió a los demócratas aumentar su mayoría a 51 en la cámara de 100 escaños.[3]

Muchos políticos y comentaristas conservadores reprendieron a Trump por el fracaso de la “ola roja” [el color rojo representa al Partido Republicano] que ellos esperaban ver en las elecciones intermedias. Pero no hubo críticas basadas en principios sobre las políticas de Trump como presidente. La objeción fue que el expresidente ayudó e instigó a los candidatos perdedores mientras se aferraba a la línea de la “elección robada”.

Una ex asesora de Trump, Alyssa Farah Griffin, culpó de los fracasos del GOP a la “mala calidad” de los candidatos que Trump defendió. “Este hombre es un perdedor, perdió en el 2020, está perdiendo un escaño que se puede ganar esta vez”, dijo en una entrevista, refiriéndose a la derrota del GOP en la carrera por el Senado de Pensilvania, según informó el 9 de noviembre la revista Business Insider.

El 15 de noviembre, una semana después de las elecciones intermedias, Trump declaró que se postulaba para presidente en el 2024. A diferencia de antes, muchos de sus antiguos patrocinadores recibieron la noticia con desprecio. Un ejemplo revelador fue el informe que hizo el diario New York Post sobre la declaración del candidato.

Portada del 15 de noviembre del New York Post. El diario conservador relegó la declaración de Trump que se postularía como candidato a la presidencia en 2024 a la página 26 del diario, aludiendo al evento en la parte inferior de la portada con el despectivo titular: HOMBRE EN FLORIDA HACE DECLARACIÓN.  (Foto: Captura de pantalla del video de CNN)

“El New York Post relegó la declaración de Donald Trump que se postularía como candidato a la presidencia … a la página 26 de la edición de esta mañana del periódico, aludiendo a ella en la primera página con el despectivo titular ‘Hombre en Florida hace declaración’”, escribió la revista conservadora National Review en un artículo del 16 de noviembre.

Partiendo el pan con ultraderechistas

Menos de dos semanas después Trump celebró una cena en su complejo Mar-al-Lago en Florida. Sus principales invitados fueron el rapero Ye, anteriormente conocido como Kanye West, y el ultraderechista Nick Fuentes.

Alex Jones (izquierda), un promotor de teorías de conspiración, momentos antes de entrevistar al rapero Ye, antes conocido como Kanye West (con máscara), en su plataforma de Info Wars el 1º de diciembre del 2022. Durante esa entrevista Ye elogió a Hitler y a los nazis.  (Foto: Info Wars)

Ye, quien fue recibido por Trump en la Casa Blanca en el 2018, ha expresado opiniones antisemitas y más recientemente se ha identificado con el nazismo. “Veo cosas buenas sobre Hitler”, dijo Ye en una entrevista el 1 de diciembre con el promotor de teorías de conspiración de extrema derecha Alex Jones. Minutos después, el rapero agregó: “Amo a los judíos, pero también amo a los nazis”.

Fuentes es un conocido supremacista blanco y ha declarado que el Holocausto nunca ocurrió.

La ahora infame cena, y la posterior negativa de Trump a rechazar las opiniones radicales de derecha de sus invitados, está en consonancia con la demagogia de Trump. Eso incluye su diatriba antiinmigrante cuando lanzó su candidatura a la presidencia en 2016. Y está en línea con su aprobación de ataques racistas, como el asalto de los supremacistas blancos del 2017 en Charlottesville, Virginia, después de que asumió el cargo de presidente.

Muchos grupos judíos, incluidos antiguos aliados de Trump como la Organización Sionista de América (ZOA por su sigla en inglés), que recientemente lo llamó el presidente más pro-Israel de la historia, tuvieron palabras duras para él. “Su cena con los que odian a los judíos ayuda a legitimar y generalizar el antisemitismo y debe ser condenado por todos”, dijo la ZOA en un comunicado de prensa.

¿La respuesta de Trump? Estos líderes judíos “deberían avergonzarse de sí mismos” por su “falta de lealtad” a su persona, escribió en su plataforma Truth Social en las redes sociales.

‘Suspención de la Constitución’

Luego, el 3 de diciembre, Trump pidió suspender la constitución de Estados Unidos para anular las elecciones del 2020, repitiendo sus falsas y desacreditadas teorías de conspiración sobre el fraude electoral. Ese pronunciamiento fue su más reciente respuesta a los tribunales de la nación que rechazaron prácticamente todas las acusaciones legales de Trump sobre la “elección robada” del 2020.

“Un fraude masivo de este tipo y magnitud permite la suspensión de todas las reglas, regulaciones y artículos, incluso los que se encuentran en la Constitución”, escribió Trump en Truth Social.

Esta radical demanda ya huele a cierta desesperación provocada por la derrota de muchos de sus partidarios en las elecciones intermedias. Derrotas que algunos de ellos trataron de usar — sin mucho éxito — para reanudar las falsas aseveraciones de fraude electoral. Otro factor puede ser que empieza a vislumbrarse la realidad de que el asegurar otra nominación republicana, y mucho menos ganar la Casa Blanca, parece menos seguro que en cualquier otro momento desde que Trump dejó el cargo.

Varios en el establishment republicano condenaron los comentarios de Trump. El senador estadounidense y miembro del liderazgo republicano John Cornyn de Texas, por ejemplo, los calificó de “irresponsables”. La senadora republicana Lisa Murkowski de Alaska los calificó de “una afrenta”, y la senadora Shelley Moore Capito (R-West Virginia) describió los comentarios como “ridículos”.

El entonces presidente Donald Trump se reúne con el rapero Kanye West, ahora llamado Ye, en la Oficina Oval de la Casa Blanca el 11 de octubre del 2018. Ahora, después de su cena con Ye y el supremacista blanco Nick Fuentes, un número de líderes republicanos están buscando distanciarse de Trump y de su llamado a revocar la Constitución. (Foto: Calla Kessler / Washington Post)

Muchos otros permanecieron en silencio, plenamente conscientes de que la condena de Trump ya le ha costado a algunos políticos sus carreras. Esto se debe a que el apoyo de Trump no proviene principalmente de las élites gobernantes, sino de la base del Partido Republicano entre los propietarios de pequeñas empresas, especialmente los de las zonas rurales, y otros sectores de la clase media, así como partes de la clase trabajadora.

Sin embargo, un número creciente de líderes republicanos hoy indican que preferirían separarse de Trump, subrayando el punto de que la mayoría de la clase dominante no favorece a ese candidato nuevamente. Y la cena de Trump con Ye y Fuentes, así como su llamado a poner fin a la Constitución, pueden llevar a otros en el Partido Republicano a tomar su distancia.

Algunos son contundentes al respecto. En una columna de opinión en el Washington Post del 5 de diciembre, por ejemplo, Marc Thiessen describió el llamado de Trump a desechar la Constitución como “una diatriba sin precedentes en los anales de la retórica presidencial”.

Thiessen es miembro del American Enterprise Institute, ex redactor en jefe de discursos del presidente George W. Bush y colaborador actual de Fox News.

“Que alguien que busca la nominación presidencial republicana pida la terminación de la Constitución es nada menos que una herejía”, dijo Thiessen. “Si los republicanos nominan a este hombre, perderán, y sería muy merecido”.

Aspirantes presidenciales republicanos de 2024

Por el momento, Trump es el único candidato presidencial republicano declarado para el 2024 y ha sido el favorito en la mayoría de las encuestas. Una gran parte de la población y muchos funcionarios republicanos todavía favorecen a Trump a pesar de la preferencia general de la clase gobernante de terminar con él. El tiempo dirá cuánto dura eso.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ganó la reelección por un margen del 15% en las elecciones intermedias. Encuestas recientes muestran que comienza a llevarle la delantera a Trump en una contienda hipotética por la nominación republicana a la presidencia en el 2024.  (Foto: David Dee Delgado / Getty Images)

Otros políticos republicanos están siendo preparados como posibles reemplazos de Trump. El más destacado es el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien ganó fácilmente la reelección en noviembre con un margen del 15%.

Una encuesta reciente publicada en el Wall Street Journal del 14 de diciembre muestra que DeSantis, que aún no ha anunciado una candidatura presidencial, lidera a Trump 52% a 38% en una hipotética contienda por la nominación del Partido Republicano a la presidencia en 2024.

El senador estadounidense Josh Hawley de Missouri se encuentra entre los populistas de derecha que se posicionan para asumir un papel de liderazgo central en el GOP. Estos son políticos que demagógicamente buscan atraer a la gente común que siente que las élites establecidas ignoran sus preocupaciones.

Hawley escribió una columna de opinión en el Washington Post del 18 de noviembre titulada: “El Partido Republicano está muerto. Un nuevo Partido Republicano debe escuchar a los trabajadores”.

“En este momento, el Partido Republicano se encuentra en una encrucijada. Sus líderes pueden, por supuesto, intentar resucitar el consenso muerto sobre la deslocalización, las amnistías y el ‘libre comercio'”, escribió Hawley. “Ese es el camino hacia nuevas pérdidas.

“Un Partido Republicano renacido debe verse muy diferente. Debe ofrecer buenos empleos y buenas vidas, no solo precios más altos de las acciones para Wall Street. Y debe colocar a los trabajadores estadounidenses en su corazón y tomarlos como son, en lugar de tratarlos como recursos para ser explotados o diseñados”.

Batalla en curso sobre el derecho al aborto

Como escribió Panorama-Mundial en junio, la decisión de la Corte Suprema que revocó Roe v. Wade fue “un enorme revés para los derechos de las mujeres … El mayor paso para restringir los derechos democráticos en al menos medio siglo. Marca un fuerte giro a la derecha en la política burguesa, uno que se ha acelerado en los últimos años”. [4]

Protesta el 24 de junio del 2022 en apoyo de los derechos de las mujeres en Seattle, estado de Washington, después de que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara el fallo Roe v. Wade que hace 50 años estableció el derecho al aborto como ley federal. (Foto: Lisa Ahlberg)

Esto aumentó significativamente lo que estaba en juego para el derecho a acceder al aborto en las elecciones de mitad de período del 8 de noviembre.

Los referendos en cinco estados — California, Michigan, Vermont, Kentucky y Montana — pusieron a prueba las aguas sobre este tema. Todos los votantes en estos estados se pronunciaron a favor del derecho al aborto o rechazaron más restricciones.

A pesar de estas victorias para el derecho de las mujeres a controlar sus propios cuerpos, “el aborto no está disponible en 14 estados ahora, incluidos 12 estados con prohibiciones de aborto que prácticamente no tienen excepciones y dos estados donde no hay clínicas que brinden atención”, informó el Instituto Guttmacher el 9 de noviembre. “Eso significa que 19 millones de mujeres en edad reproductiva en los Estados Unidos no pueden acceder al aborto en su estado de residencia”.

Se avecinan más prohibiciones. “La legislatura de Carolina del Sur está asumiendo una prohibición casi total del aborto y la legislatura de Ohio planea reunirse para debatir una prohibición del aborto antes de fin de año”, informó Guttmacher.

Sólo una lucha sostenida por la igualdad de las mujeres — una imposibilidad sin el derecho a controlar el propio cuerpo — puede revertir esta tendencia.

La verdadera naturaleza de los demócratas

El liderazgo del Partido Demócrata hizo todo lo posible para alejar a los partidarios de los derechos de las mujeres de las movilizaciones en las calles y llevarlos a votar por los demócratas en noviembre.

Como explicó un editorial de Panorama-Mundial del 10 de mayo, “los demócratas han tratado el derecho de una mujer a elegir como algo que debe ser restringido, no defendido”. [5] Al hacerlo, el Partido Demócrata ha allanado el camino para el asalto de la derecha a los derechos de las mujeres.

Mientras que los demócratas mantuvieron el control del Senado de los Estados Unidos, y los republicanos no lograron realizar sus esperanzas de una “ola roja” generalizada, el Partido Republicano si se tomó la Cámara de Representantes, ganando una mayoría de 222-213.

Los resultados electorales en el estado “azul profundo” de Nueva York [el color azul representa al Partido Democrata] son indicativos de lo que los demócratas pueden enfrentar en el futuro. El Partido Demócrata allí tiene poder absoluto a nivel estatal, con supermayorías en la Asamblea Estatal y el Senado y un firme control de la mansión del gobernador. Sin embargo, el Partido Republicano cambió cuatro distritos del Congreso de Nueva York, contribuyendo a la toma de control de la Cámara de Representantes por parte del partido. Kathy Hochul ganó la gobernación sobre su oponente republicano Lee Zeldin, pero “la carrera fue la más reñida en una generación”, informó Buffalo News el 10 de noviembre.

Las razones por las que los demócratas de Nueva York vieron debilitarse su control sobre las riendas del poder incluyen:

  • Bloquear los esfuerzos populares para instituir un sistema de atención médica de pagador único en el estado, una forma de atención médica universal;
  • No hacer nada para aliviar el dolor de millones devastados por la inflación acelerada, incluyendo una explosión del precio de los alquileres que convirtió a la ciudad de Nueva York en el mercado de alquiler más caro de la nación; y
  • Hablando pura palabrería sobre las luchas de los trabajadores, como el fallido intento de sindicalizar a los empleados de los almacenes de Amazon en el área de Albany, al mismo tiempo que financian a las grandes empresas. El impulso de Hochul para dar $ 600 millones de fondos estatales para subsidiar un nuevo estadio para los Buffalo Bills de la NFL [la liga nacional del futbol americano], que la mayoría de los neoyorquinos desaprobaban, es un buen ejemplo.
Desde la izquierda: Kenneth Arrington y Heather Goodall, trabajadores de Amazon en el almacén ALB1 en Schodack, Nueva York, y el organizador del Sindicato de Trabajadores de Amazon (ALU) en la ciudad de Nueva York, Connor Spence, se dirigen a los medios noticiosos durante una conferencia de prensa el 17 de agosto del 2022 en Albany, Nueva York. El ALU anunció ese día que los trabajadores de ALB1 habían solicitado una elección sindical en el centro de distribución de Schodack, la cual el ALU perdió más tarde. Los demócratas del estado de Nueva York pregonaron a todos los vientos que apoyaban esta y varias otras luchas de los trabajadores en el estado al mismo tiempo que otorgaban financiamiento a las grandes empresas. (Foto: Argiris Malapanis / Panorama-Mundial)
Representación digital del nuevo estadio para el equipo de futbol americano Buffalo Bills en la ciudad de Buffalo, en el norte del estado de Nueva York. El multimillonario propietario del equipo, Terrence Pegula, recibió un subsidio estatal de $600 millones para este proyecto gracias a la gobernadora Kathy Hochul.

Es necesario organizar un partido laborista

En el artículo “Financiando la ‘gran mentira’ de la ‘elección robada’”,[6] Panorama-Mundial escribió en julio pasado: “La voluntad de sectores del gran capital hoy en día de prestar respaldo financiero a los políticos que promueven un asalto abierto a las normas democráticas como una solución legítima a la actual agitación social y económica señala tanto un giro a la derecha en la política burguesa como crecientes tensiones en el sistema bipartidista.

“En el Partido Republicano, los políticos de extrema derecha que abogan por la violencia extralegal o que defienden puntos de vista de la supremacía blanca se han afianzado”.

En una gala el 10 de diciembre del Club del Joven Republicano de Nueva York, la congresista estadounidense Marjorie Taylor Greene de Georgia no dejó dudas sobre este punto. Greene dijo a la multitud que si ella y Stephen Bannon, un ex asesor de Trump, hubieran organizado el ataque del 6 de enero al Capitolio, se habría asegurado de que los alborotadores estuvieran armados. “Si Steve Bannon y yo hubiéramos organizado eso, habríamos ganado”, dijo a la audiencia. “Sin mencionar que se habría estado armado”.

Mientras tanto, prácticamente toda la “izquierda” organizada está absorbida por el ala “progresista” del Partido Demócrata. Sin embargo, muchos de estos “progresistas” electos respaldaron el apoyo de Biden a los barones ferroviarios por encima de las demandas razonables de los trabajadores ferroviarios.

Lo mejor que ambos partidos tienen para ofrecer hoy son Trump y Biden, políticos que se acercan a los 80 años o ya son octogerarios, sirviendo a los hombres y mujeres adinerados mientras agudizan la aspereza en las relaciones entre los dos partidos.

Muchos no ven esas elecciones con buenos ojos. El 9 de diciembre, la cadena de noticias CNBC informó:

“‘¡No, gracias!’

“Así es como la mayoría del público respondió cuando durante una encuesta sobre la economía de CNBC All-America Economic Survey preguntó si el presidente Joe Biden o el expresidente Donald Trump deberían postularse nuevamente para presidente.

La encuesta encontró que el 61% del público piensa que Trump no debería buscar la presidencia, en comparación con el 30% que cree que debería hacerlo. Y el 70% dice que Biden no debería postularse para un segundo mandato con solo el 19% apoyando una campaña”.

Del artículo de noticias del CNBC el 9 de diciembre del 2022

Esta es una señal más de que ni las administraciones republicana ni demócrata — ni Trump ni Biden — han ofrecido soluciones a los efectos de la pandemia de casi tres años, la inflación galopante y otros males económicos y sociales que devastan la vida de millones de personas.

Para enfrentar los desafíos que tenemos entre manos, es más urgente que nunca que los trabajadores formemos nuestro propio partido. Como indica la experiencia reciente de los trabajadores ferroviarios, necesitamos un partido laborista basado en sindicatos revitalizados liderados por la base y manteniéndose independientes de los empleadores y sus partidos: los demócratas y los republicanos.


NOTAS

[1]  Para una explicación de lo que es el bonapartismo y cómo este fenómeno entró en escena en la política estadounidense, vea el artículo en inglés titulado “Radicalismo, bonapartismo y las secuelas de las elecciones estadounidenses del 2020“, incluido en el artículo en dos partes titulado “¿Qué es lo que el asalto del 6 de enero de 2021 al Congreso de Estados Unidos pone en evidencia?“.

[2]  Ver “Biden apuñala por la espalda a los obreros ferroviarios” y “Contrato ferroviario muestra que los sindicatos necesitan un nuevo liderazgo; los trabajadores necesitamos nuestro propio partido.

[3]  Actualmente, los demócratas tienen 48 escaños en el Senado de Estados Unidos; su mayoría se basa en dos “independientes”, Bernie Sanders de Vermont y Angus King de Maine, que votan con el Partido Demócrata, y el voto de la vicepresidenta Kamala Harris que puede romper el empate si llega a darse. Esa mayoría es más tenue ahora que la senadora estadounidense de Arizona Kyrsten Sinema anunció el 9 de diciembre que dejará el Partido Demócrata para convertirse en “independiente”; su oficina no ha dicho si continuará votando con los demócratas.

[4]  Ver “¡Organízate, movilízate para defender el derecho de las mujeres a elegir el aborto!

[5]  Ver “Punto de inflexión en la lucha por el derecho de las mujeres a elegir el aborto“.

[6]  Ver “Financiando la ‘gran mentira’ de una ‘elección robada” (en la parte I y la parte II).


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