Movimiento Obrero / Sindicatos

La conciencia política de la clase trabajadora hoy día



Un lector ha preguntado a Panorama-Mundial cual es nuestra opinión sobre el “estado de conciencia” de la clase trabajadora de los Estados Unidos hoy día. A continuación está su carta en respuesta al artículo ¿Qué revelan las elecciones intermedias en Estados Unidos?, y nuestra respuesta.

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Carta al editor

16 de diciembre de 2022

¡Otro excelente artículo! Uds. señalan que la campaña exigiendo un “alto al robo” [del voto] iniciada hace dos años todavía tiene “apoyo continuado entre millones”. El artículo también declara “el apoyo de Trump no proviene principalmente de las élites gobernantes, sino de la base del Partido Republicano entre los propietarios de pequeñas empresas, especialmente los de las zonas rurales, y otros sectores de la clase media, así como partes de la clase trabajadora”.

Millones de obreros votaron por Trump en 2016 porque estaban hartos de las mentiras de los políticos burgueses y de sus políticas neoliberales y creyeron en la promesa de Trump de que iba a “drenar el pantano”. Trump se auto promovió como un empresario exitoso que era persona ajena a la politiquería de Washington.

Pero eso fue hace seis años. Ya ha pasado suficiente tiempo para abandonar toda ilusión sobre quien es él verdaderamente y sobre lo que él representa realmente. Setenta y cuatro millones votaron por Trump en 2020. Millones de ellos eran trabajadores.

¿Dónde encaja esto en su análisis del estado de la conciencia de la clase trabajadora norteamericana? ¿Cómo explican este fenómeno en curso?

Mark Satinoff

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Respuesta del editor

29 de diciembre de 2022

Estimado Mark,

Valoramos tu aporte. Nos insta a visitar nuevamente, y a pensar más sobre, el surgimiento del trumpismo y sobre lo que representa este fenómeno en la política de EE. UU., así como sobre lo que pueda revelar, o no revelar, el continuo apoyo que millones prestan a Trump sobre la conciencia de la clase trabajadora en los Estados Unidos hoy.


DISCUSIÓN CON NUESTROS LECTORES


El articulo inaugural de nuestra publicación hermana en inglés World-Outlook, El radicalismo, el Bonapartismo y las consecuencias de las elecciones estadounidenses de 2020, perfila las condiciones económicas y políticas que rodearon la campaña de Trump para anular las elecciones presidenciales hace dos años, incluyendo el ataque derechista al capitolio de EE. UU. el 6 de enero de 2021:

Todo esto toma lugar en medio de una crisis económica y social a nivel global del capitalismo que estamos atravesando ahora, acelerada por la pandemia del Covid-19. La historia del último siglo muestra que esos bajones económicos tan pronunciados comienzan a engendrar actitudes radicales con antelación al desencadenamiento de batallas de clase significativas. Antes de que grandes cantidades de obreros estén dispuestos a escuchar propuestas de lucha de clase y estén abiertos a la acción política independiente de la clase capitalista y de sus partidos — los Demócratas y los Republicanos — en la clase media y en algunos sectores de trabajadores se presta atención a actitudes radicales.

La clase trabajadora en los Estados Unidos no piensa, ni actúa, como una clase todavía. Gran parte de la iniciativa política de hoy viene de corrientes derechistas. Grupos ultraderechistas se aprovechan para afianzarse en el sistema bipartito y en otras instituciones de la clase dominante. Ellos ganan acceso aprovechando la pérdida de confianza en el gobierno y en las sospechas de los prominentes y establecidos políticos. Esas condiciones son ideales para que la demagogia derechista y las teorías conspirativas obtengan un alcance amplio.

Tomado de El radicalismo, el Bonapartismo y las consecuencias de las elecciones estadounidenses de 2020

 Si bien muchos trabajadores ven diferencias de clase en sus vidas diarias, no existe una conciencia de clase significativa en la clase trabajadora de Estados Unidos hoy día. El sistema bipartito está en crisis, pero el pueblo trabajador continúa atrapado en él; todavía no hay movimiento hacia una dirección obrera para salir de esta trampa.

Debido a esa razón, decenas de millones—incluyendo a millones de obreros, agricultores, y a otros productores explotados—continúan identificándose con los Republicanos o con los Demócratas, con los partidos de los patrones. Aunque muchos denuncian la falta de opciones entre los dos partidos dominantes, no ven un camino hacia la acción política de la clase trabajadora independiente de los dos partidos del gran capital.

Trump era popular en 2016 porque aparentaba ser independiente del “pantano” en Washington, D.C. El multimillonario Ross Perot ganó 20 millones de votos en las elecciones presidenciales de 1992 presentando el mismo argumento.[1]

Para cuando Trump organizaba su campaña para ser reelegido en 2020, su identidad como demagogo de derecha ya era más evidente para muchos. Es aún más claro hoy en vista de la campaña “Alto al robo”[del voto] y la demanda de “rescindir la constitución”.

Pero muchos trabajadores son convencidos por la demagogia porque no hay una fuerza con suficiente influencia dentro de la clase trabajadora que responda a eso efectivamente. Una señal de esto es que Trump ganó más votos entre los Afronorteamericanos y entre los latinos en 2020 que los que obtuvo en 2016.

Es más, mientras la mayoría del pueblo trabajador no vea una vía alternativa para cambiar nuestra situación aparte de las opciones electorales ofrecidas por el sistema bipartito capitalista, las ilusiones continúan siendo difíciles de superar. Los Demócratas liberales tienen décadas fallándole al pueblo trabajador, sin embargo, muchos trabajadores continúan votando por ellos. El pueblo trabajador opta por “el menor de dos males” en los dos partidos con mayor frecuencia.

Como explicamos en el artículo citado arriba, los trabajadores de EE. UU. no piensan como clase todavía. Ni hay un entendimiento claro de que la raíz de nuestro problema con los Demócratas y Republicanos es que los dos representan fielmente los intereses de una clase diferente.

Sin embargo, la resistencia reciente entre las filas de los obreros ferroviarios[2] es una muestra más de que todavía hay un deseo y una disposición en mucha gente trabajadora de luchar para mejorar nuestras condiciones de trabajo y de vida. Esto incluye a trabajadores que se han dejado engañar por Trump y por otros demagogos derechistas, así como a obreros que todavía mantienen fe sin fundamentos en los Demócratas.

Obrero ferroviario en un tren de la Burlington Northern Santa Fe (BNSF por su sigla en inglés). La reciente resistencia en las filas de los trabajadores ferroviarios demuestra que hay deseos y disposición entre mucha gente trabajadora en Estados Unidos para luchar para mejorar las condiciones de trabajo y de vida hoy día. (Foto: Associated Press)

Tanto el ala “progresista” del Partido Demócrata, como un número de populistas de derecha, están conscientes de este creciente sentimiento. Ellos pretenden sacar partido de eso y esforzarse por descarriar políticamente al pueblo trabajador que quiere luchar por mejorar sus vidas.

En una columna titulada [en inglés] The GOP is dead. A new GOP must listen to working people [El GOP está muerto. Un nuevo GOP debe escuchar al pueblo trabajador], que publicara el diario Washington Post y escrita por el Senador norteamericano Josh Hawley de Missouri el 18 de noviembre, es un buen ejemplo.

El pedido de Hawley solicitando que el Partido Republicano “ponga al pueblo trabajador en su corazón” contradice su trayectoria anti laboral en apoyo a leyes que favorecen el “right-to-work” (estado con el derecho a trabajar sin sindicato) en su estado de residencia. También ha hecho campaña en contra del aumento del salario mínimo en Missouri, y a atacado a los obreros inmigrantes, así como apoyado a otras posiciones reaccionarias.

Hawley­­ — hijo de un banquero educado en las prestigiosas universidades de la Liga de la Hiedra — es uno de los derechistas con mayor consciencia política que pretende reemplazar a Trump tomando el timón de la campaña para “Hacer a [norte]América Grandiosa Otra Vez” (o alguna otra cruzada derechista). Él se integró a un puñado de políticos de derecha — incluyendo los senadores Marco Rubio de la Florida y a Ted Cruz de Texas — quienes se unieron a unos cuantos Demócratas “progresistas” votando “no” en oposición al contrato anti sindical confeccionado por Biden que fuera impuesto sobre los obreros ferroviarios.

Estos políticos — de ambos partidos — fingen simpatía por las luchas del pueblo trabajador. Hawley y otros derechistas intentaron diferenciarse de los liberales burgueses que, en su gran mayoría, demostraron una vez más lo fiel que son al gran capital al declarar su apoyo al auxilio que Biden prestó a los magnates del ferrocarril, en oposición al derecho de los obreros ferroviarios de lanzarse a la huelga.

El 6 de diciembre, Hawley redactó una columna sobre el contrato ferroviario nacional titulada [en inglés] Which Side Are You On, DC? [¿De qué lado estás Washington D.C.?]

El presidente Biden y “el resto del complejo político-industrial”, escribió Hawley, “se unieron para suprimir a una huelga potencial de los obreros ferroviarios, la primera en años. Es muy costosa para la economía, gimieron la clase de tipos de la capital D.C., los obreros están siendo irrazonables. ¡Escasamente! Los obreros ferroviarios estaban pidiendo unos cuantos días de ausencia por enfermedad apenas, un asunto que la clase profesional considera como un derecho sagrado”.

No es difícil ver porqué muchos trabajadores hoy reciben bien estas palabras. Pero eso es todo lo que son. Palabras que no encajan con los antecedentes anti laborales de los que las pronuncian.

Hay evidencia que mucha gente trabajadora está tratando de encontrar soluciones significativas a los problemas que enfrentamos. La retórica radical de la derecha — que incluye demagogia racista, antinmigrante y sexista, pero que no se limita a eso — tiene sentido para algunos. Muchos otros, no obstante, están buscando camino a través de la organización y la acción de la clase trabajadora.

Esto incluye:

  • Los 43,000 obreros que ganaron más de 640 elecciones de representación sindical — el doble de 2021 — en Amazon, Apple, Chipotle, General Motors, REI, Starbucks, Trader Joe’s, y muchas otras compañías.
  • Los 78,000 que se lanzaron a la huelga durante la primera mitad del año — tres veces el número que lo hizo durante el mismo período en 2021 — exigiendo mejores salarios, beneficios y prestaciones, y condiciones de trabajo.
  • La resistencia empecinada de decenas de miles de trabajadores ferroviarios que proyectaron un foco de atención sobre la falta de licencia pagada por enfermedades y sobre el resto de las políticas de asistencia draconianas e inhumanas que los magnates ferroviarios han impuesto sobre ellos.
  • Los miembros del sindicato de obreros ferroviarios Railroad Workers United que abogaron a favor de una dirección en las filas de nuestros sindicatos y que ha comenzado una discusión sobre la necesidad de que los sindicatos establezcan su propio partido político.

Sin embargo, no existe todavía una radicalización en masa de la clase trabajadora como la que el líder socialista Farrel Dobbs describió en el libro Rebelión Teamster.  Un relato de primera mano sobre las huelgas de 1934 que lanzaron el movimiento de sindicatos industriales en Minneapolis y que ayudó a preparar el terreno para que se forjara el Congress of Industrial Organizations (congreso de organizaciones industriales, CIO por su sigla en inglés) a nivel nacional.

Ese tipo de radicalización sería la antesala a acciones sindicales más militantes como pasó en la década de 1930. Podría poner a los obreros de la base sindical en el primer plano en un movimiento sindical revitalizado. También ayudaría a millones de obreros a no dejarse engañar por la demagogia derechista, ni por los incesantes esfuerzos de los “progresistas” del Partido Demócrata de mantenerlos amarrados en el abrazo mortal del liberalismo burgués.

El pueblo trabajador solamente puede aprender por medio de la acción independiente de grandes multitudes en favor de nuestro propio interés para poder mudar la ilusión que la acción política solamente puede significar ir a las urnas electorales y que las únicas opciones electorales son las de los partidos del gran capital. La explicación y discusión paciente con compañeros de trabajo es necesario, pero la conciencia de las masas no va a cambiar sin que pasen por la experiencia de la acción obrera de las masas.

Esto es una razón más por la que Demócratas y Republicanos en Washington — quienes rara vez parecen estar de acuerdo sobre algo estos días — están unidos en gran parte en asegurarse que los obreros ferroviarios no se lanzaran a la huelga. Están conscientes que a través de tal actividad colectiva podemos comenzar a darnos cuenta de nuestro propio poder y comenzar a encontrar maneras de usarlo más efectivamente. Acción independiente para defender y avanzar nuestros intereses es el punto de partida necesario para poder lograr la acción política independiente de la clase trabajadora.

Nosotros  creemos que los ataque implacables de los magnates ferroviarios y sus compañeros multimillonarios contra los sindicatos que son dueños de Amazon, Starbucks, y otras corporaciones adineradas — apuntaladas por el gobierno, sin importar que partido capitalista lo controla — nos llevarán a la radicalización en masa de la clase trabajadora. Pero nosotros no podemos predecir ni su ritmo ni el momento de su llegada.

En solidaridad,

Argiris Malapanis & Geoff Mirelowitz
en nombre de los editores de Panorama-Mundial


Lectura complementaria…

Rebelión Teamster es un libro sobre las huelgas de 1934 que forjaron el movimiento sindical industrial en Minneapolis y que ayudaron a preparar el terreno para el CIO, relatado por un líder central de esa batalla. Este es el primer libro de una seria de una serie de cuatro volúmenes  sobre la dirección de lucha de clase de las huelgas y campañas de organización sindical que convirtieron al sindicato Teamster en un movimiento social de lucha en gran parte de occidente medio de Estados Unidos y que señaló el camino hacia la acción política independiente de los sindicatos.

NOTAS

[1] Vea el artículo Las consecuencias de las elecciones estadounidenses de 2020

[2] Vea a Biden apuñala por la espalda a los obreros ferroviarios y Contrato ferroviario muestra que los sindicatos necesitan un nuevo liderazgo; los trabajadores necesitamos nuestro propio partido.


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