Movimiento Obrero / Sindicatos

El poder de los sindicatos puede quebrantar el obstruccionismo de los empleadores


¿Cuál es el papel de la Junta Nacional de Relaciones Laborales?



Por Geoff Mirelowitz

21 de junio de 2022 — Hace tres días, Panorama-Mundial publicó “Amazon busca impedir certificación del sindicato en almacén de Nueva York“. El artículo informó sobre la audiencia de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) que escuchará las objeciones de Amazon a certificar al Sindicato de Trabajadores de Amazon (ALU) como la unión libremente electa por los trabajadores en JFK8, el centro de cumplimiento de la compañía que emplea a 8 mil trabajadores en Staten Island, Nueva York. El ALU obtuvo una victoria histórica en una elección de representación sindical allí el 1 de abril.

Miembros del Sindicato de Trabajadores de Amazon (ALU) celebran su victoria electoral en JFK8, el gigantesco centro logístico de Amazon y la más grande de sus cuatro instalaciones en Staten Island, Nueva York, el 1 de abril. Atrás desde la izquierda: Cassio Mendoza, Brett Daniels, Chris Smalls, Gerald Bryson, Julian Mitchell-Israel, Derrick Palmer y Connor Spence; al frente: Tristan “Lion” Dutchin, Justine Medina y Maddie Wesley. Desde entonces la empresa se ha opuesto a los resultados de la votación, haciendo caso omiso de la voluntad de los trabajadores. Amazon está usando a la Junta Nacional de Relaciones Laborales, y al hecho de que resuelve casos usando el método de arbitraje, para bloquear o retrasar la certificación del sindicato con el fin de socavar la moral de los trabajadores y su determinación de luchar por un contrato decente. (Foto: Mark Satinoff / Panorama-Mundial)

El objetivo de Amazon es anular los resultados electorales. Si eso no es posible, la gigantesca empresa espera retrasar la certificación oficial del ALU por la NLRB, para impedir que funcione como el agente de negociación para los trabajadores de JFK8, debilitando así los esfuerzos del ALU por obtener un contrato decente.


CHARLA SINDICAL


La oficina de la NLRB en la Región 29 de Brooklyn, que supervisó la elección, dictaminó que el ALU fue el ganador. Esta junta federal del trabajo, sin embargo, y todo el proceso de “mediación” que supervisa, no ha sido partidaria del movimiento obrero desde que el gobierno de Estados Unidos la estableció hace más de 85 años.

Cómo fue establecida la NLRB

En 1935 el presidente Franklin Delano Roosevelt (FDR) promulgó la Ley Wagner de Relaciones Laborales, que estableció la NLRB. El Congreso aprobó el proyecto de ley cuando la radicalización de la clase trabajadora estadounidense se extendía por todo el país.

Ese mismo año los sindicalistas establecieron el Comité de Organizaciones Industriales (CIO) dentro de la Federación Americana del Trabajo (AFL). La intención de los fundadores del CIO era sindicalizar a millones de trabajadores en las industrias de producción en masa que hasta entonces no habían sido organizadas. Estas industrias incluían el acero, los automóviles y muchas otras. Posteriormente el CIO se escindió de la AFL cuando los anquilosados funcionarios de la AFL resultaron ser un obstáculo al esfuerzo por alcanzar ese objetivo.

El surgimiento del Congreso de Organizaciones Industriales como una organización de masas de los trabajadores fue un gran avance para el movimiento obrero en Estados Unidos.

El libro Labor’s Giant Step de Art Preis cuenta la historia de esas luchas.

El libro (en inglés) recuenta la historia de las explosivas luchas laborales y de las batallas políticas en la década de 1930 que forjaron a los sindicatos industriales, y de cómo esos sindicatos se convirtieron en la vanguardia de un movimiento social de masas que comenzó a transformar la sociedad estadounidense.

Tres poderosas y exitosas huelgas en 1934 abrieron la puerta a estos acontecimientos: las batallas de los camioneros Teamsters que hicieron de Minneapolis una ciudad sindicalizada; la huelga de los obreros automotrices de la Toledo Auto-Lite, liderada por un precursor del sindicato automotriz United Auto Workers (UAW); y la huelga general de San Francisco, que fue encabezada por el Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenistas (ILWU).

Farrell Dobbs, en ese entonces un joven trabajador en un depósito de carbón de Minneapolis, sin previa experiencia sindical, surgió como líder de las batallas de los Teamsters. Más tarde se convirtió en el organizador principal de la campaña en 11 estados que organizó a decenas de miles de conductores de larga distancia en el sindicato de los Teamsters, que luego se convirtió en un sindicato genuinamente industrial. Dobbs más tarde se convirtió en el Secretario Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores (SWP por sus siglas en inglés).

Dobbs escribió la serie de cuatro tomos que documentan las luchas de los Teamsters. De esas luchas Dobbs extrajo las lecciones políticas claves de las batallas obreras en la década de 1930. Esas lecciones son invalorables para todos los militantes sindicales, tanto de ese entonces como de hoy en día, así como para cualquier otro trabajador que vea la necesidad de organizarse y usar el poder de los sindicatos para enfrentar el asalto de los empleadores contra nuestro nivel de vida, nuestras condiciones de trabajo y nuestros derechos democráticos.

En Política Teamster, el tercer tomo de la serie, Dobbs explicó de manera concisa los orígenes de la NLRB.

La mediación de la NLRB resultó ser costosa para los trabajadores

“En 1935, Roosevelt había promulgado la Ley Wagner de Relaciones Laborales, que requería que los empleadores negociaran con los sindicatos que representaban a la mayoría de sus empleados”, dijo Dobbs. “La orden no era tan altruista como podría parecer a simple vista. Fue diseñada principalmente para ayudar a garantizar que las masas insurgentes de los trabajadores que hasta ahora no han sido organizados queden bajo el dominio de los funcionarios de la AFL (y más tarde del CIO) con una perspectiva colaboracionista de clases.

“Como medida adicional para frenar la militancia de base, la ley también estableció una Junta Nacional de Relaciones Laborales. Su principal propósito era mediar en los conflictos laborales, y esa función generalmente se llevaba a cabo de una manera truculenta que resultaba costosa para los trabajadores. Se estableció además una categoría denominada “prácticas laborales indebidas”. Aparentemente, cargos de esa naturaleza deberían imputársele solamente a los patrones, pero en la práctica no transcurrió mucho tiempo antes de que acusaciones de ese tipo también fueran utilizadas contra los trabajadores organizados”.

En Poder Teamster, el segundo tomo de su serie, Dobbs añadió que la disposición de las “prácticas laborales indebidas” también “sirvió como un mecanismo para poner tales disputas bajo la jurisdicción de los tribunales federales”.

Y continuó: “Los dirigentes sindicales colaboracionistas de clase aclamaron la Ley Wagner como si fuera ‘la Carta Magna del Trabajo’. Esto, por supuesto, era totalmente absurdo. Su exagerado elogio de la nueva ley era realmente manifestación de su esperanza de que les permitiera mantener a los trabajadores engañados y que, en lugar de usar el poder de sus sindicatos contra los patrones, siguieran dependiendo del gobierno capitalista como sustituto”.

Serie de cuatro tomos por Farrell Dobbs sobre el sindicato Teamsters

En el último tomo, Burocracia Teamster, Dobbs explicó cómo la burocracia laboral colaboró con el Partido Demócrata en los años subsiguientes para domar la insurgencia.

“Aunque en el apogeo de sus energías la insurgencia obrera hubiera podido realizar logros mucho mayores, los mal-dirigentes pudieron evitar que el auge rebasara la sindicalización de los obreros de la producción en masa que aun no habían sido organizados por el CIO”, explicó Dobbs. “Comenzando con las elecciones nacionales de 1936 lograron atar al nuevo movimiento de sindicatos industriales al Partido Demócrata, y así pudieron mantener a los trabajadores empantanados en la política capitalista. Para mediados de 1937 ya se habían reestablecido, en gran medida, las normas de la colaboración en la trayectoria de la política sindical. Prefirieron depender de la ayuda de la administración Roosevelt en lugar de usar cabalmente el poder de los sindicatos”.

Lecciones oportunas para hoy

Los problemas que Dobbs describe han empeorado sustancialmente desde entonces, y por eso vemos la debilidad del movimiento obrero hoy en día.

Muchos trabajadores esperan que la victoria que logró el ALU en JFK8 presagie un cambio y un nuevo comienzo para el movimiento obrero organizado. Por eso es que las lecciones que Dobbs describe son tan oportunas hoy.

El artículo de Panorama-Mundial que apareció el 29 de junio detalla cómo los ataques de Amazon contra el ALU se han intensificado. Estos incluyen el despido de los principales organizadores del sindicato y tácticas obstruccionistas en la audiencia de la NLRB.

¿Cuál ha sido la respuesta de la NLRB a las objeciones de Amazon?  ¡Ha reservado 56 días para escuchar el desafío de la compañía! Al parecer no se ha fijado fecha límite para la conclusión de la audiencia.

Como informó Panorama-Mundial, “El ALU está instando a sus partidarios a tomar parte en los procedimientos en línea tanto como sea posible. Para acceder a la audiencia puede usarse este enlace (ID de la reunión es el: 161 292 3146; el código de acceso es el: 968885) “.

Una vez que Amazon agote esta primera tanda de tácticas dilatorias, la NLRB podrá tomarse el tiempo que quiera para emitir una decisión. Si falla a favor del ALU, Amazon puede presentar una serie de apelaciones que retrasarán la decisión más todavía. Y, como explicó Dobbs, en última instancia, el empleador puede llevar el caso a un tribunal federal, donde el pleito legal puede tardar años en resolverse.

En la conferencia de prensa del 13 de junio en Phoenix, Arizona, el presidente interino del ALU, Chris Smalls, dijo: “Sabemos una cosa: no queremos que este sea un proceso largo y prolongado. Ganamos las elecciones. Amazon necesita sentarse a negociar” un contrato.

Amazon ha dejado bien claro que no tiene intención de negociar a menos que se vea obligado a hacerlo. Esperar a que el gobierno obligue al empleador a negociar puede muy bien ser el “largo proceso” que los miembros del ALU quieren evitar. La dilación tiene como objetivo debilitar al sindicato y erosionar el espíritu de lucha de los trabajadores de JFK8—y el de sus partidarios—que resultó en la victoria del sindicato.

La única alternativa es organizar, y usar, el poder del sindicato tanto durante horas hábiles dentro del almacén, como los organizadores del ALU han indicado que están tratando de hacer, y más ampliamente. Si el sindicato puede encontrar la manera y los medios para lograr ese objetivo, la lucha por el reconocimiento sindical por parte de Amazon, y por un contrato firmado, no tiene necesariamente que esperar a lo que finalmente dictamine la NLRB o un tribunal federal.

Dada la situación que existe hoy en día en el movimiento obrero en Estados Unidos, el ALU no puede ignorar o esquivar el proceso de la NLRB. A pesar de los grilletes que la mediación pretende imponerle al poder del sindicato, el ALU ha obtenido victorias importantes. Convenció a miles de compañeros de trabajo a que firmaran tarjetas de autorización sindical a pesar de todos los obstáculos que les impuso Amazon. Logró hacer valer el derecho a una elección de representación. Superó los pronósticos, ganó una votación histórica para el sindicato e inspiró a sus compañeros de trabajo en todo Estados Unidos y, de hecho, en el mundo.

Los trabajadores de Amazon votan en las elecciones de representación sindical frente a JFK8, el centro logístico de la compañía en Staten Island, Nueva York, a fines de marzo.  (Foto: Desean McClinton-Holland / New York Times)

El ALU ahora está dando una respuesta efectiva a las afirmaciones falsas de Amazon en la audiencia de la junta laboral. Con mucha razón sigue presentando sus propios cargos de prácticas laborales indebidas contra Amazon, exigiendo la reincorporación de los organizadores sindicales que la gerencia ha despedido ilegalmente. Algunos de estos esfuerzos ya han tenido éxito en el pasado.

Sin embargo, ni el ALU ni los trabajadores que se organizan en otras industrias o lugares de trabajo deben limitarse a presentar argumentos ante la NLRB o los tribunales. Para lograr los objetivos de los trabajadores, el sindicato puede movilizar simultáneamente a las filas de sus miembros y simpatizantes para ejercer el poder sindical en el lugar de trabajo y en las calles.

1979 huelga de Newport News por “prácticas laborales indebidas”

Un ejemplo de esta estrategia tuvo lugar en 1979 cuando los miembros del sindicato del acero United Steel Workers of America (USWA) se declararon en huelga para obtener reconocimiento sindical en el gigantesco astillero de Newport News, Virginia. En el 2018, el Daily Press de Newport News recordó esa historia en un artículo titulado: “Los obreros siderúrgicos cumplen 40 años en el astillero, recuerdan la huelga violenta”.

“Este año marca el 40 aniversario de la votación que creó el Local 8888 del United Steelworkers, hoy un elemento básico de la vida en los astilleros”, señaló el periódico. “Los miembros del sindicato están marcando el hito con eventos durante todo el año.

“La votación para autorizar el sindicato tuvo lugar el 31 de enero de 1978. Desencadenó una celebración que duró poco tiempo.

“La compañía, entonces propiedad de Tenneco, protestó por los resultados de las elecciones, al igual que la Asociación de Constructores Navales de la Península, el antiguo sindicato del astillero. La cosa se prolongó, y después de pasado un año, los obreros del Sindicato del Acero habían llegado al límite. El 31 de enero de 1979, exactamente un año después de esa exitosa votación, el sindicato votó a favor de salir en huelga.

“La huelga duró casi tres meses”.

La huelga se volvió violenta cuando los policías atacaron a los trabajadores en huelga y llevaron a cabo un asalto a la sede del sindicato. A pesar de todo, los trabajadores obtuvieron el reconocimiento sindical y luego un contrato en el astillero.

Manifestación por la victoria del Local 8888 del sindicato Steelworkers en el astillero de Newport News, Virginia, en 1979 después de una huelga de tres meses que aseguró el reconocimiento sindical. Los obreros negros lideraron la exitosa campaña que logró organizar a los 18 mil empleados de los astilleros. (Foto: Jon Hillson)

Este es solamente un ejemplo de la rica historia de lucha de la clase obrera de Estados Unidos, que ha sido sepultada en gran medida precisamente porque estas lecciones son tan relevantes para los trabajadores de hoy.

‘Una advertencia de despedida’

Al hacer un resumen de la victoria que ganaron los Teamsters en su campaña por organizar a los choferes de larga distancia en la década de 1930, Dobbs se refirió a “una advertencia de despedida” que les ofreció a sus compañeros de trabajo, ya que se estaban volviendo “cada vez más receptivos a la perspectiva de una lucha de clases”.

“Cuando nos despedimos después de una reunión”, Dobbs les advirtió: “No se sometan al arbitraje”. Luego explicó: “Tenía la intención de inculcarles el instinto de aferrarse tenazmente a su libertad de decisión, y que no dejaran que un agente supuestamente neutral quitara esa libertad de manos del sindicato”.

El líder sindical continuó: “Yo invocaba otra consigna”, dijo, “cuando algún líder local me preguntaba si el sindicato podía hacer una cosa u otra. Mi respuesta inicial era, por lo general, ‘Puedes hacer cualquier cosa que sientas que eres lo suficientemente fuerte como para hacer’. Luego debatíamos más concretamente qué tan fuerte era la posición del sindicato en una situación dada. Eso ayudaba a inculcar en los trabajadores una tendencia a siempre pensar reflexivamente en cómo desplegar su poder de clase”.


Geoff Mirelowitz es un obrero ferroviario jubilado que trabajó como garrotero para la empresa Burlington Northern Santa Fe durante más de 17 años y fue miembro del Local 845 del sindicato SMART en Seattle. En 1979, cuando estalló la huelga en los astilleros de Newport News, Virginia, Mirelowitz era miembro del Local 2609 del sindicato del acero United Steel Workers of America (USWA) en la planta Sparrows Point, en Maryland, de la empresa siderúrgica Bethlehem Steel. Él ayudó a organizar la solidaridad que el Local de Sparrows Point les extendió a los obreros de los astilleros en Newport News.


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